Elaboración:
La uva Caíño con la que se elabora se macera en frío durante más tiempo para aprovechar su alto porcentaje de piel, favoreciendo así la extracción de sus sutiles aromas.
Tras la fermentación alcohólica, el vino se mantiene en contacto con sus lías durante algo menos de dos meses. Seguidamente descansa a baja temperatura al menos otros seis meses hasta llevarlo a la botella donde termina de afinarse durante un tranquilo reposo de dos años.
Cata:
- Fase visual: Inicialmente sorprende La Mar por sus evocadores y limpios aromas tropicales, con predominio de piña madura, caqui y un sugerente recuerdo de lichi. Acompaña a esta primera impresión, dada la capacidad del Caiño de extraer las mejores características del terroir, una notable mineralidad, con sutiles notas terrosas en nariz y en retronasal. Esta sensación aromática se ampara en tenues recuerdos de hierbas aromáticas y melón maduro, sostenidos por un fondo de lía fina cremoso y envolvente.
- Gracias a su alto contenido en glicerol, la boca de este vino resulta plena de sabores, jugosa y de gran untuosidad, con muy buena estructura y cuerpo, resultando así amplio, sedoso, goloso y con una sensación final en la boca que parece no terminar, sin duda, la principal virtud de esta añada de Caiño. Además, su elevada acidez le aporta frescura y a la vez facilita un perfecto envejecimiento del vino.