Ángeles Vázquez: «Tenemos que ser competitivos, pero con la calidad por bandera»

La Conselleira do Medio Rural analiza el sector vinícola en la comunidad y destaca que «los vinos  gallegos gozan de reconocido prestigio tanto dentro como fuera de nuestra comunidad».

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–Cuando nos  referimos al vino que se hace en Galicia pensamos al mismo tiempo en la calidad que atesora, pero también en el gran desconocimiento en líneas generales que existe de nuestros caldos fuera y, si me apura, dentro del propio territorio ¿está de acuerdo?
–Yo creo que los vinos  gallegos gozan de reconocido prestigio tanto dentro como fuera de nuestra comunidad. Son conocidos por su calidad y por su vinculación con el territorio, que les confiere una personalidad muy acusada y única, que marca la diferencia con respecto a otros vinos.Hay que pensar que en Galicia se localizan algunas de las zonas de producción vitivinícolas de mayor tradición, que se remonta incluso hasta la época romana. Pero no sólo vivimos de historia en este ámbito, ya que en los últimos tiempos nuestros viticultores y bodegueros han realizado un enorme esfuerzo para modernizar y actualizar las técnicas de cultivo, las elaboraciones enológicas y, también, el diseño y la comercialización de nuestros vinos.Por todo ello, la proyección nacional e internacional de nuestro producto creo que es innegable, sobre todo en lo que se refiere a los vinos blancos, cuyo prestigio los sitúa al nivel de los mejores del mundo.

–En relación con la pregunta anterior, quedan aún en Galicia zonas en las que se consume mucho vino de denominaciones de origen de otras zonas vinícolas fuera de Galicia ¿qué se puede hacer desde la Xunta?
–Por parte de la Xunta venimos trabajando desde hace tiempo de la mano del sector, especialmente con los consejos reguladores, para reforzar la promoción de nuestros vinos, pero es evidente que los consumidores tienen a su disposición una amplísima oferta –que incluye vinos nacionales e internacionales– y eso es algo con lo que tenemos que contar. España es uno de los principales productores del mundo y es lógico que en Galicia se consuma tanto vino gallego como de otras zonas de nuestro país o incluso del extranjero. No hay que olvidar, además, que estamos en un mercado globalizado. Lo que hay que hacer es poner en valor las virtudes de nuestro producto y ser competitivos para mantener –e incluso incrementar– nuestra presencia en los mercados, pero siempre con la calidad como bandera.

–¿Qué es lo que más le enorgullece de nuestros vinos?
–Como ya he dicho, para mi una característica fundamental de nuestros vinos es su vinculación con el territorio. En Galicia se dan las condiciones climáticas y edafológicas ideales para la producción vitivinícola. Además, contamos con variedades autóctonas de extraordinario valor (estoy pensando por ejemplo en la uva Albariña en blancos o la Mencía en tintos) con características bien definidas y una personalidad propia.

–¿Qué aspectos deben potenciar en el sector? ¿Cuáles son sus deberes?
–En líneas generales, la salud de nuestro setor es óptima. Tanto desde el punto de vista de la producción como de la elaboración, creo que Galicia puede presumir de contar con vinos de gran nivel.Donde tenemos que seguir poniendo el acento –y así lo estamos haciendo desde la Xunta, de la mano del sector– es en la comercialización. Hemos de continuar esforzándonos para internacionalizar este ámbito productivo y seguir incidiendo en la promoción.

–Exportación vs. Consumo interior ¿Dónde hay que poner el acento?
–Creo que ambos aspectos son compatibles. Como digo, la internacionalización es fundamental, porque abre vías al sector que es necesario explorar. Pero ello no nos debe llevar a descuidar el consumo interno, porque es un mercado clave para nuestros vinos. Considero importante buscar el equilibrio en este aspecto.

–La variedad Blanco Lexítimo está de moda,  en el sector se considera que tiene un gran potencial y en cambio no está incluida en sus variedades, salvo en dos IGPs, ¿en que punto está este asunto?
–Esta es una variedad muy temprana, lo cual tiene ventajas e inconvenientes. Nosotros la hemos incluido dentro del potencial vinícola gallego y figura en los reglamentos de las indicaciones geográficas protegidas de Betanzos y Barbanza Iria porque ambas son las zonas de mayor tradición en cuanto a su cultivo. La inclusión en otras áreas protegidas dependerá, en todo caso, de la demanda que exista por parte de los respectivos consejos reguladores.

–En Galicia se decretaron toda una serie de zonas de concentración parcelaria y se están solicitando otras, cuya vocación es eminentemente enfocada a la reestructuracíon de los viñedos.

–Entre ellas están decretadas y rematadas diez en las provincias de Ourense y Pontevedra. Además hay otras tantas decretadas y en ejecución en la de Pontevedra y tres más solicitadas, todas ellas en Ourense. En total, son más de 9.000 hectáreas movilizadas en concentración/reestructuración parcelaria en diferentes procesos, en ambas provincias.

–Recientemente se ha añadido una nueva IGP al mapa vitivinícola gallego; ¿se contempla la aparición de nuevas indicaciones geográficas? 

–A día de hoy no tenemos peticiones pendientes en este sentido y de cara al futuro más que nuevas solicitudes es posible que surja alguna propuesta de ampliación de las denominaciones de origen (DOP) o indicaciones geográficas protegidas (IGP) existentes. Estarían relacionadas con áreas limítrofes en las que pueda haber una viticultura de cierta calidad, pero siempre se tratará de pequeñas ampliaciones, porque actualmente  las principales zonas productoras ya estarían amparadas mediante estas figuras (DOP o IGP).

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