Josefina Vila Crespo, gallega afincada en Castilla y León y enóloga y profesora de Microbiología Enológica, nació en Pontevedra y empezó a estudiar Farmacia en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), una titulación superior que acabó en la Complutense (UCM) y que completó con un Máster en Enología y un Doctorado en Biología en la Politécnica de Madrid (UPM). Enamorada de su tierra y de los vinos que nacen en esta, vivió desde pequeña, en el seno de su familia, el valor del terruño y la diversidad de los caldos de la comunidad. Es por ello, explica, que no dudó en especializarse en este campo cuando tuvo oportunidad. Hoy, directora de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Valladolid (UVA) (en el Campus de Palencia) desde el año 2012, ha sido reconocida por diversos proyectos entre los que destaca “Estrategias vitícolas frente al cambio climático”, destacado en 2016 como ‘Mejor Trabajo Científico’ por el XVII Congreso Nacional de Enólogos.
–¿Cuáles son los efectos del cambio climático en Galicia?
–El incremento de las temperaturas y el que los veranos sean ahora más largos lleva a una subida de la graduación alcohólica. Esto puede ser positivo porque adelanta la vendimia y reduce el riesgo de botrytis y otros ataques fúngicos pero también puede hacer que el vino sea menos aceptado por los consumidores, quienes demandan graduaciones controladas de no más de 12 o 13 grados. En el caso de los blancos gallegos, antes criticados por sus altas acideces, el cambio climático está consiguiendo reducirlas y que, cada vez, se necesite menos la fermentación maloláctica. Las uvas tintas, por su parte, que antaño maduraban peor en Monterrei o Ribeira Sacra , ahora maduran mejor. Así, el cambio climático que se sufre en el resto de España supone, en cierto modo, un beneficio para los vinos gallegos porque si, en el resto del país, las graduaciones alcohólicas de los tintos se disparan, los gallegos no tienen graduaciones tan elevadas y maduran mejor.
–¿Cómo se le puede sacar partido a este fenómeno?
–En la viña, hay que preguntarse por los sistemas de conducción que debemos utilizar. Hoy en día, por ejemplo, no necesitamos alejar tanto los racimos del suelo; al revés, hay zonas en las que necesitamos volver a espalderas bajas. Otros interrogantes importantes son las orientaciones de las plantaciones o el rendimiento de los viñedos. En el trabajo de ‘Estrategias vitícolas frente al cambio climático’, estudiamos cómo combatir el estrés hídrico de algunas plantaciones. Cuánto agua aportar y en qué momento aportarla. No podemos hacerlo de forma indiscriminada porque cogeríamos uvas muy gordas pero de menor calidad, en las que, por ejemplo, se diluirían aromas y azúcares. Además, en bodega, los enólogos cada vez están más formados y saben trabajar.
– En este sentido, ¿cuál es la importancia del enólogo en un vino?
– La formación técnica hoy en día es primordial. Si queremos obtener productos de calidad, necesitamos conocer la materia prima, saber cómo trabajar en el viñedo y cómo manejar la uva en bodega. En Galicia, tradicionalmente, existe muy buena formación a nivel de FP pero no formación superior. El papel del técnico es fundamental: hacer vino es muy fácil, hacer un buen vino , el mejor posible ya no lo es tanto. Hay que tener en cuenta que el ámbito enológico es cambiante y ya no vale sólo lo que hemos hecho toda la vida.
–¿Qué fama tienen los vinos gallegos fuera de la comunidad?
–Los gallegos somos los primeros embajadores de nuestros productos, esa es la gran ventaja que tenemos. Los vinos gallegos son reconocidos en otras zonas porque son muy buenos. Los blancos, producidos con las variedades más aromáticas que existen en España y elaborados cada vez mejor: ya no sólo se hacen jóvenes sino que se trabaja con barricas, lías… Se obtienen productos de gran calidad. Los tintos, que tenían esa fama de ácidos, imbebibles, incluso, para algunas personas de fuera de la comunidad, ahora van sorprendiendo por aromáticos, equilibrados y frescos . Hoy en día, podemos encontrar nuestros vinos en grandes restaurantes del mundo.
– Y hablando de blancos, ¿cuál es la proyección de los espumosos aquí?
–Ha habido una serie de técnicos, enólogos y C.R.D.O en Galicia que han visto un nicho de mercado para este tipo de vino. Por otro lado, cada vez se van conociendo más y mejor las variedades autóctonas y se ve que algunas tienen potencial para hacer buenos espumosos. Tenemos la suerte de contar con variedades blancas muy aromáticas, con lo cual nuestros espumosos tienen una personalidad muy marcada. Hay un interés importante por diversificar los productos que se están elaborando en Galicia. Lo que hace falta es que ese interés venga apoyado por por una inversión económica en I+d+i por parte de las administraciones. En cualquier caso, hay que pensar que no es imprescindible que todas la bodegas ni todas las zonas hagan todos los tipos de vino.
–¿Cuál es el papel de la I+D+i en el vitivinícola gallego?
–El futuro depende de la investigación, sin ella dejamos de ser competitivos. En el resto de los países están produciendo mejor y más barato que nosotros porque no tenemos financiación para seguir investigando, aparte de que estamos perdiendo a nuestros jóvenes formados. La investigación es la base de la sociedad actual y de la del futuro y Galicia tiene mucho por explotar. No podemos dejar que el cambio climático vaya avanzando sin investigar sus repercusiones y cómo ponerle remedio.
– Tecnología en la viña, ¿sí o no?
– Sí pero tecnología con conocimiento y no indiscriminada. Hay que estudiar qué variedades tenemos y qué problemas presentan. A veces, la única forma de intervenir es cortar racimos o podar de una manera, no siempre son necesarios tratamientos químicos. Como investigadores, buscamos ser sostenibles.
–¿Y los vinos ecológicos?
–El cambio climático puede favorecer la elaboración de estos vinos porque, al llover menos, hay menos enfermedades fúngicas. No está de moda sólo el vino ecológico, sino también los naturales, sin ninguna intervención, cuyas calidades, a veces, son discutibles.
–¿Qué es lo que más le gusta de los vinos gallegos?
–La amplísima gama de variedades de uvas que hay y las buenísimas acideces que tienen porque, en otras zonas de España y otros países, las acideces están bajando mucho y eso es un problema. Además, el potencial a explotar en la elaboración de muchos tipos diferentes de vino con sus varietales autóctonos porque, en Galicia, a diferencia de otras zonas, hemos sabido conservarlas, forma parte de nuestra idiosincrasia.