Texto: María Bueno.
La innovación es progreso, el vitivinícola gallego lo sabe y cada vez son más las bodegas y productores de la comunidad que se animan a colaborar con centros de investigación en proyectos de I+D+i ¿El objetivo final? Como siempre, aumentar la calidad de los caldos gallegos, entre los que ya se sitúan algunos de los mejores del mundo.
Así lo defienden los responsables del proyecto EcoVine, desarrollado por las bodegas Ponte da Boga y Lar de Ricobao en colaboración con la Misión Biológica de Galicia, organismo dependiente del CSIC, y en el que también participan investigadores de la Universidad de Santiago (USC) así como las empresas tecnológicas Elmantec y Teican Medioambiental.
Una iniciativa ambiciosa que busca que, en un futuro no muy lejano, 2020 para ser exactos, los productores vitivinícolas puedan saber cuál es la calidad aromática de sus uvas en tiempo real con una simple imagen. Algo que, a todas luces, revolucionará el sistema de toma de decisiones en el viñedo.
Así lo sostiene la Dra. Mar Vilanova, investigadora de la Misión Biológica de Galicia y responsable de este organismo en el proyecto EcoVine, quien, con más de 20 años de trayectoria en el estudio del aroma de mostos y vinos, asegura que no existe ni se está investigando nada parecido en todo el globo terráqueo. “Si se consigue el objetivo”, dice, el proyecto situaría a Galicia “en el mapa vitícola mundial”.
La idea, explica, consiste en la utilización de una cámara multiespectral, encajada en una aeronave no tripulada, más conocida como dron, para la toma de imágenes de los distintos estadios de maduración de la uva en el viñedo que, a su vez, con sus múltiples bandas espectrales, permitirán monitorizar los pequeños cambios que las uvas reflejen.
A todo ello seguirá un análisis de los compuestos aromáticos presentes en la uvas, lo que, sumado a la posterior detección de correlaciones estadísticas entre las imágenes tomadas y los resultados de los análisis, proporcionará una base de datos que permitirá, a partir de una imagen, obtener a cambio los compuestos aromáticos presentes en las uvas.
Este último uno de los factores, por cierto, más importantes en las variedades terpénicas y que, en esta línea, marcan el comienzo de la vendimia de las mismas, tal y como explica Rubén Pérez, director técnico de Ponte da Boga, quien coincide con Vilanova en que hoy, sin embargo, no es posible determinar su valor sino es a través de un proceso largo y costoso, lo que, algunas veces, ha llevado a que la recogida de uva no se diese en el momento idóneo para ello.
“Por primera vez, tendríamos la capacidad de vendimiar con absoluta precisión cada área de la parcela en función de los requerimientos que le impongamos a la calidad de uva”, comenta Pérez en este sentido. Así, son muchas las ventajas de esta innovadora base de datos, que permitirá a las bodegas mejorar su proceso de toma de decisiones así como llevar una gestión más eficiente de sus recursos humanos y económicos, a la vez que respetará el medio ambiente.
En cualquier caso, advierte Vilanova, el proyecto no está exento de dificultades ya que, sostiene, los compuestos aromáticos de la uva son muchos y no todos igual de relevantes. “A mí me gustaría que las correlaciones se diesen con compuestos que marcan la tipicidad varietal, ya que son los que realmente interesan”, explica en esta línea.
La iniciativa, financiada a través del programa “Conecta Pyme” y que cuenta con un presupuesto de 749.000 euros, se pondrá en marcha a finales de julio, fecha en la que un dron empezará a sobrevolar los viñedos de Ponte da Boga y Lar de Ricobao en la Ribeira Sacra tomando imágenes de sus uvas.
Un proceso que está previsto se repita en 2018 y se testee en 2019, listo para salir al mercado en 2020. Además, dicen sus principales impulsores, esto solo es el principio, “la base para más estudios en un campo en el que nunca antes se había hecho nada parecido”, en palabras de Mar Vilanova, quien, en esta línea, apunta, sin dudar, a la innovación como un factor “fundamental en la evolución del vitivinícola gallego”.
“Mejorar la calidad de nuestros vinos es innovación, es investigación y eso es compatible con la tradición, que en Galicia se mantiene a través de sus varietales de cultivo tradicional” concluye en este sentido.