Equilibrio, acidez, grado alcohólico, estructura… Las variedades autóctonas de Galicia, parecen coincidir los expertos, lo tienen todo para triunfar en la elaboración de espumosos, un tipo de bebida que pisa con cada vez más fuerza en el mercado, aumentando su demanda a la par que empieza a desestacionalizar sus ventas.
Con todo, la oportunidad para el vitivinícola gallego, de “más que probado potencial” en este campo, parece ser clara. Hasta tres son ya, de hecho, las Denominaciones de Origen de la comunidad que han incluido este tipo de bebidas en sus pliegos de condiciones, siendo 13 las bodegas gallegas que la elaboran en la actualidad.
A la cabeza se sitúa Rías Baixas con un total de 11 productores. Le siguen Valdeorras y O Ribeiro, con un empate a uno, si bien es sabido que otras bodegas de la D.O. más antigua de Galicia, donde ya se producían espumosos a principios del SXX, han empezado también a experimentar de nuevo en el sector.
No es para menos. “Excelencia” es la palabra que más repiten los Consejos Reguladores de nuestras D.O. cuando se les pregunta por la capacidad varietal del albariño, la godello o la treixadura, entre otras, en estas elaboraciones ya presentes con etiqueta gallega; algunas desde hace años; en tiendas y supermercados.
“Está demostrado que existen los elementos para alcanzar un nivel óptimo, solo hace falta tiempo” resume en este sentido Jorge Mazaira, director técnico de Valdeorras, sobre una de las variedades preferentes de su D.O., para pasar a explicar que el del espumoso es un mercado muy competitivo.
Con él coincide Agustín Lago, de Rías Baixas, quien puntualiza que este es un “camino” que ha de recorrerse “despacio”. Las bodegas, comenta, continúan investigando, probando distintos tiempos y mezclas, para posicionarse cada vez mejor desde que, en el año 2009, el espumoso pasase a incluirse entre las elaboraciones ampradas por la D.O. del albariño.
Y es que teniendo en cuenta que la cifra de vinos de burbuja producidos en la comunidad a día de hoy se sitúa en torno a la veintena, sorprende la diversidad de elaboraciones presentes en la oferta gallega. Se encuentran así monovarietales y plurivarietales, blancos y tintos, Brut, Brut Nature, Extra Brut…
El vitivinícola gallego, todo ello da buena cuenta, quiere y puede estar en la primera línea de la producción española de espumosos, un producto todavía minoritario en Galicia pero cuyo recorrido es, cuanto menos y en opinión de Cristina Alcalá, gerente de O Ribeiro, “interesante” y puede aportar un gran “valor” a nuestras bodegas.
¿Serán entonces los proyectos de Terra de Asorei, Tollodouro, As Laxas, Eidosela, Martín Códax, Pablo Padín, Cabana das Bolboretas, Mar de Frades, Pablo López Franco, Señorío de Rubiós, Vilarvin, Roandi y Viña Costeira en este campo solo el principio de un futuro prometedor para los espumosos de Galicia?
Las características de las variedades gallegas, los estudios previos realizados en Consejos Reguladores o la capacidad de algunas bodegas, entre otros elementos, paracen indicar una respuesta afirmativa.