Ninguna de las cinco Demoniaciones de Origen gallegas ampara la elaboración de rosados en sus reprectivos pliegos de condiciones y reglamentos, sí bien algunos de ellos, es el caso de O Ribeiro, sí dejan espacio a la versión rosada de los espumosos. El sector gallego, en cualquier caso, parece estarse abriendo a este tipo de elaboración.
El ejemplo perfecto lo encontramos en Ribeira Sacra. El presidente de su C.R.D.O, José Manuel Rodríguez, ha asegurado a Galicia en Vinos que la D.O de la viticultura heroica ha modificado ya su pliego para que los rosados pasen a formar parte de la lista de productos amparados. «Está pendiente ahora», ha dicho, «de autorización final y publicación».
¿Por qué ese cambio? La respuesta es sencilla: «En Ribeira Sacra ha habido una cantidad importante de iniciativas en este tipo de elaboraciones, se ha experimentado con mencía o brancellao y se ha visto que el mercado lo valora», ha apuntado Rodríguez para pasar a puntualizar que será ese mismo mercado el que «determine el recorrido final del producto».
En opinión del titular de Ribeira Sacra, los rosados son «un tipo de elaboración más a la hora de contribuir a la diversificación del sector». Ya hay, de hecho, algunos en el mercado como Abadía da Cova o Malcavada, si bien, ha explicado, «de momento no se embotellan con la etiqueta de la D.O, a la espera de la aprobación de las modificaciones en el reglamento».
También en Monterrei, donde, según ha podido saber Galicia en Vinos, distintas bodegas ya han hecho y están haciendo pruebas en este campo, se están planteando un cambio del reglamento en este sentido aunque, explican desde el C.R.D.O, todavían no saben cuando se hará efectivo.
El «de momento» se repite así en distintas Denominaciones de Origen mientras parecen ser cada vez más las voces que apuestan por los rosados en la comunidad. Si ya en agosto la enóloga Cristina Mantilla abogaba por este tipo de elaboraciones en Galicia en Vinos, ahora es la sumiller Mercedes González Rodríguez quien lo tiene claro.
Especialista en análisis sensorial, docente y comunicadora, además de Presidenta de Vitislucus- Expertos en Análisis Sensorial y Enoturismo, directora técnica Diario de Vinos y embajadora española Champagne y Branco Lexítimo, entre otras distinciones, González es contundente a este respecto: «En Galicia tenemos las variedades, el carácter y los perfiles para elaborar grandes rosados».
Galicia, donde los rosados no se piensan como tendencia
Texto: Mercedes González – Sumiller
Los rosados sí despiertan actualmente interés en Galicia pese a no estar todavía en los reglamentos de los Consejos Reguladores. Hace no tantos años que, de la misma forma, los vinos de determinadas graduaciones, los espumosos elaborados con el método tradicional o incluso las crianzas no estaban tampoco amparados por los pliegos. Recuerdo, de hecho, como algunos profesionales del sector nos preguntaban, desde la meseta, cómo pretendíamos los gallegos envejecer nuestros vinos y también me viene a la cabeza la desconfianza con respecto a los tintos gallegos en el pasado.
Sin embargo, lo cierto es que a día de hoy bebemos auténticas excelencias en burbujas de la misma forma que disfrutamos de referencias maduradas en madera de gran carácter atlántico, en lugar de las serrerías tan habituales, castes resucitadas que se tachaban de «agresivas» y que nos traen ahora notas ancestrales de gran carácter en su ADN. Son, de hecho, en un mundo descomunal, pinceladas que finalmente acaban mostrando el más original de los lienzos.
¿No se nos llena a todos la boca hablando del vino de autor? Si en el mundo del vino de Galicia, un espacio multicultural como es, seguimos apostando por la diversificación y la búsqueda de nuevos productos ¿Quién nos dice que algún día no se hará referencia a nuestro país por sus elaboraciones, por ejemplo, de rosados o «blancs de noirs» como ocurre hoy con espumosos y tintos?
En las distintas comarcas productoras de vino gallegas suenan voces y aparecen algunas referencias de rosados; algunas ya tienen sus años: Las hay que surgieron por casualidad, otras por tantear, otras por ponerse a prueba y otras con una larga gestación, como ese hijo mucho tiempo deseado que llega para quedarse. Empieza, sea como fuere, a haber cierta demanda por parte de algunas bodegas para que la normativa tenga en cuenta a los rosados.
Ribeira Sacra ya está en ello. No se debería obligar a nadie pero tampoco hay por qué restar actitud creativa al tejido del sector en Galicia. Tenemos las variedades, el carácter de las mismas y unos perfiles definidos que ahondan en esa frescura a la que cada uno impregna de sus matices para elaborar grandes rosados.
En lo que se refiere a métodos de elaboración, se emplean los dos característicos. Es el caso del prensado directo – aplastar uvas de hollejo tinto y dejar ese mosto un tiempo variable en contacto con dichos hollejos; separar hollejo y pasar a fermentación sin ellos- y de la elaboración por sangrado -en este caso, despalillar, macerar y sangrar-.
Y hablando de este tipo de vinos: ¿Qué pasa con esos falsos mitos que definen al rosado como un «vino de mujeres»? Aunque no lo crean, les diré que a las mujeres nos gustan tanto los blancos como los tintos como los rosados. No sé si lo sabrán pero tenemos el mismo paladar, como mínimo, que los hombres, así que va siendo hora ya de desterrar ese concepto machista del mundo del vino.
Pese a ello y, en esta ocasión, los dos vinos que quiero presentarles y me han llevado a escribir estas líneas sí son cosa de mujeres. Ellas son ideologías, creadoras, autoras… -defínanlas como quieran- de dos rosados muy especiales. Trabajan en zonas distintas y con variedades también diferentes. En común tienen el mimo de su viticultura, con prácticas generacionales heredadas. Yo añadiría que son también valientes y originales. En ambos casos marcan estilo y buscan mantener esos sabores primarios de frutas y frescura capaces de sostener un festival de sol o campo y barbacoa. Producciones muy limitadas esta añada.
Malcavada 2017, larpeiro y profundo
Juguetón pero con carácter,nace de la uva mencía en Ribeira Sacra
Desde los viñedos de Rosende, en Ribeira Sacra, Araceli Vázquez, de la Bodega Malcavada, nos sorprende con un elegante Rosado Malcavada 2017 ya en su vestir seductor.
Los viñedos de los que emana este vino fueron replantados por el abuelo en 1960, década inolvidable no sólo para la música. De orientación sur, suelos más o menos profundos en los que habitualmente se hace poda en verde, no en esta añada,y una de las características podas de Ribeira Sacra, en cotón o poda corta, no se dejan varas, en este caso pequeño trozo de sarmiento con una yema o dos de la que luego saldrán dos vides.
Para su elaboración: Un prensado directo con tiempo de contacto con hollejos reducido al mínimo, al solo contacto de mosto y hollejos en su pisa a pie. Como variedad: La reina mencía; con apenas unas pinceladas de tempranillo.
No sorprende su color casi cereza si pensamos en el método pero, teniendo en cuenta el estrés hídrico y las heladas que tanto condicionaron nuestra viticultura esta cosecha, estas uvas de los viñedos de Rosende eran prietas, pequeñísimas y muy concentradas, de ahí sus mínimos rendimientos y máxima expresión.
Por nariz es muy juguetón y entretenido, muestra frescura y marcados primarios entre frutas y flores.“Larpeiro”, diríamos los gallegos, pero ojo porque, una vez lo llevas a boca, estructura sorprendente, profundidad y carácter. Parece decirte: “Si pensabas en mí como una fiesta, ahora además tendrás que tomarme en serio”.
Os Dunares 2016, elegante y gustoso
Elaborado con caíño tinto, este rosado de O salnés invita a disfrutar
Desde Rías Baixas, María Falcón y Cristina Yagüe nos sorprenden con un nuevo proyecto inspirado en el movimiento de las dunas, como esas arenas dibujándose una y otra vez a lo largo del tiempo.
Os Dunares 2016 Vino Rosado Atlántico, elaborado con caiño tinto; “o rei do viño”, que decían nuestros mayores, y ese nervio que luego nos hemos encontrado en forma de frescura en boca.
En este caso, despalillado y macerado de dos horas con posterior sangrado de mosto flor y lenta fermentación a temperatura controlada. Una suave crianza de lías en inox. y maloláctica primaveral acaban de redondear en depósito. A la vista recuerda jugo de fresas asadas o lo mismo podríamos decir que se ha ruborizado. Siento repetirme pero el concepto de elegancia vuelve cargadito de atlanticidad, con el carácter de la zona, O Salnés, que incrementa esa sensación gustosa: El desfile de salinidad, de intensa fruta destacando los frutillos silvestres entre notas de monte (hierbas aromáticas, especias) y el suelo presente.
Es de esos vinos que dejan largo recuerdo, muestran ternura e invitan a disfrutar. Podríamos alargarnos pero lo haremos mejor copa en mano, brindando por esas elaboraciones que, a la búsqueda de la esencia y alma dentro de un concepto, las han encontrado.