Antonio Ruiloba explica cómo él y su socio, Fernando Bandeira, decidieron apostar todo por La Val, conscientes del potencial de una tierra que les ha llevado ya a consolidarse en mercados de la talla del anglosajón. Renuevan su imagen con una campaña en la que se convierten en protagonistas de una serie de TV al estilo Falcon Crest: El secreto de la Val.
–¿Cómo surge la idea?
–Queríamos humanizarnos, poner cara a nuestros vinos, reforzar nuestro compromiso de honestidad con el consumidor. Para ello, decidimos que conociese a nuestro equipo, que supiese que detrás hay esfuerzo y mucha ilusión.
–¿Es importante estar ahí?
–Importantísimo. Hoy en día, el mercado es muy global, tienes que crear fieles, motivar a la gente a la que te conozca a través de iniciativas como nuestras vendimias solidarias o excursiones con colegios. Una de las cosas de las que estamos convencidos es de que: Si pruebas los vinos de La Val, te van a gustar.
– ¿Cómo los define?
–Un La Val joven es el maridaje perfecto para una comida de perfil gallego. El Más que Dos es ese Condado para disfrutar con amigos. El Barrica es una conversación entre padres e hijos. El Sobre Lías, me gusta imaginarlo en una cata especializada en la que se entiende que el albariño es más que un vino joven y Finca Arantei es la personalidad propia de un viñedo.
–¿La clave del éxito?
–El haber tenido muy claro desde el principio que la calidad y el producto basado en el viñedo son la clave. También estar convencido de que lo que haces es lo mejor para tu bodega. Creer en el trabajo en equipo, en el potencial de la subzona, en sus variedades de uva…