«De Pura Cepa». La película

Tras grabar su primer corto en Valdeorras, los jóvenes actores Olalla Rodríguez y Xavi Castro presentan en O Barco su próximo proyecto para promocionar el sello

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M. B.

Que los veranos en Galicia son de cine es algo de lo que no le cabe la menor duda a Olalla Rodríguez (1986) y Xavi Castro (1988), una joven pareja de actores que, a principios de este año, decidió abrir un campamento audiovisual con ese mismo nombre en Valdeorras. El objetivo del proyecto, que utiliza la casa rural que la familia de Castro posee en la comarca como centro de operaciones, no era otro que el de aprovechar la época estival para ofrecer un entrenamiento guiado a algunos de sus compañeros de profesión.

La idea, que surgió cuando Rodríguez, originaria de Madrid, vió por primera vez el lugar de origen de su socio y compañero sentimental, ha resultado ser, según sus propios protagonistas, todo un éxito y ha dado ya a luz, de hecho, a un primer corto, «De Pura Cepa». Desarrollado en gran medida en las instalaciones de la bodega amparada Alán de Val, les ha regalado, además, un nuevo enfoque para su empresa: «Sintelobos», dice Xavi, «ya no es una productora de cine, si no una productora vitivinícola de cine».

Tanto Castro, que, como natural de la zona, «se ha comido muchas vendimias», como Olalla, quien, por su parte, no había tenido hasta el momento contacto con el mundo del vino, han encontrado en el sector un gran filón audiovisual. «Los diferentes colores de las uvas y las hojas, la altura de las cepas y su disposición; las formas, las texturas? En los viñedos, juegas en espacios de mucha profundidad, con tonalidades vivas, reales; no lo tienes que crear tú de forma digital, están ahí y, con ellos, eres capaz de transmitir incluso los olores».

«Eso es muy difícil de conseguir en otros escenarios» dice Xavi y completa: «El vino genera una imagen muy romántica e idílica pero, cinematográficamente hablando, tiene también la capacidad de generar todo lo contrario: Como suele ser una actividad familiar, deja espacio a tramas oscuras, dramas?». «Y la reflexión», toma ahora el relevo Olalla, «las posibilidades de conversación en torno a una buena copa de vino son inmensas; un tema lleva siempre a otro». Su debilidad por el sector queda entonces clara pero, ¿por qué Valdeorras, solo por la casa?

«Valdeorras tiene cosas, para mí, fundamentales, grandes vinos y un entorno visual espectacular que genera cultura más allá de la copa. Además, no hay mucha actividad cinematográfica por la zona? Ver a la gente ilusionada porque puede salir en un cortometraje y dar a conocer un lugar como este, que es único, es una oportunidad maravillosa», responde Xavi.

Ambos están ya emocionados con su próximo proyecto: «Valdeorras, una denominación de cine«. Un concurso de cortometrajes express en el que siete equipos tendrán que grabar un minifilm a lo largo de una semana en la comarca y en los que los viñedos o las botellas de vino se convertirán en grandes protagonistas. Lo presentaron este fin de semana en el malecón de O Barco, aprovechando las Fiestas del Cristo del municipio. Allí estuvieron con un stand con distintas actividades de cine como un croma para que los que se acercasen pudiesen grabar escenas de algunas de sus películas favoritas y allí tampoco faltó, por supuesto, el vino de la zona, cortesía de Alán de Val.

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