Mercedes Rebolledo: “Cada cosecha es como un hijo para nosotros”

Mercedes Rebolledo, segunda generación de Bodegas Joaquín Rebolledo, habla sobre la importancia de una buena materia prima, el auge de la D.O. Valdeorras o los desafíos del cambio climático para el sector vitivinícola

Compartir: 

R.V. – Vigo

Segunda generación de Bodegas Joaquín Rebolledo, Mercedes Rebolledo (1979, Ourense) recorre el pasado, presente y futuro de la bodega que hace ya casi 40 años fundó su padre, del que recibe su nombre y una de las históricas de la Denominación de Origen Valdeorras, cada día más en boga. Con una producción anual de entre 350.000 y 400.000 botellas presume, en la actualidad, de agotar existencias en cada cosecha.

–Los consumidores confían en Joaquín Rebolledo.

–Sí, podemos decir que somos ya una marca consolidada, con una calidad, no solo contrastada, sino que se mantiene año tras año año. La constancia a la hora de ofrecer lo mejor en nuestros vinos es una de nuestras señas de identidad.

–Además de calidad y constancia, ¿qué define a Joaquín Rebolledo?

– La filosofía que mi padre quiso imprimir a la bodega fue, desde el inicio, la importancia del viñedo, ahí era y es donde había que destacar. El vino nace de la uva. Por eso, trabajar con fincas propias, cuidar y mimar las materias primas, apostar por rendimientos controlados… Todo eso, al final, se nota en nuestras elaboraciones. Mi padre fue un gran visionario en esto y, gracias a él, somos una de las bodegas con mayor superficie de viñedo en propiedad.

–Menciona a su padre, uno de los pioneros de Valdeorras, ¿cómo viven en la bodega el actual auge de la D.O.?

–Los frutos del esfuerzo de mi padre y otras bodegas, que empezaron una aventura de locos para que los vinos de la zona representasen la tierra de la que salen, se están recogiendo ahora poco a poco. Hoy en día, están ocurriendo cosas que hace solo 15 años podríamos considerar impensables: los importadores están muy interesados y cada vez más en la variedad godello y los grandes grupos bodegueros del país han entrado o quieren entrar en la comarca.

–En este sentido, y tras años en el mercado, ¿diría que Joaquín Rebolledo continúa a la vanguardia?

–Cada año apostamos por nuevos proyectos, elaboraciones especiales a través de las que queremos plasmar nuestro compromiso con, por ejemplo, la capacidad de envejecimiento de los blancos gallegos o las variedades tintas autóctonas menos conocidas pero con mucho potencial. Es el caso de Finca Trasdairelas, un godello fermentado sobre sus lías que nace de una de las principales parcelas que plantó mi padre, o de Lomas de Fontei, que lleva el distintivo de Castes Nobres en su contraetiqueta, elaborado con sousón y arauxo, además de mencía.

– ¿Una buena vendimia?

– Este ha sido un año, por tercera vez consecutivo, complicado a nivel meteorológico pero conseguimos mantener una producción razonable y la calidad de la uva es fantástica. Un estado sanitario inmejorable, una gran madurez y una acidez equilibrada.

–En el mismo sentido, ¿con qué vinos se va a encontrar el consumidor de Joaquín Rebolledo este 2019?

–La cosecha del 2018 saldrá, en el caso de los blancos, antes de Navidad, y, en el caso de los tintos, sobre el mes de febrero. Sé que es lo que siempre se dice pero va a ser una cosecha excelente. Hay tipicidad, fruta, textura, frescura, equilibrio…

– Exportan un 10% de su producción: Europa, Estados Unidos, México, Japón, Australia… ¿La clave para un buen posicionamiento internacional?

–Sí, exportamos poco pero muy repartido (se ríe). Seguimos asistiendo a ferias internacionales con el ánimo de adquirir una mayor proyección internacional. Buscamos importadores que mantengan la filosofía de la bodega, que no busquen grandes cantidades, que se centren en elaboraciones autóctonas diferentes y que sepan defender nuestros vinos.

– ¿Y a nivel autonómico y nacional?

– El mismo camino: trabajar con distribuidores que saben tratar a nuestros vinos y estar al pie del cañón cada día.

– Hablaba antes de la meteorología, ¿les preocupa el cambio climático?, ¿apuestan por la sostenibilidad?

– Parece que, en las últimas añadas, ha aumentado el número de fenómenos meteorológicos adversos y eso nos preocupa. Hemos adaptado distintas medidas como no tintar las cajas de los vinos o reducir el peso de las botellas, que implica una reducción de las emisiones de CO2. Además, no empleamos herbicidas en nuestros tratamientos.

–¿Y 2019? ¿Cómo se presenta? ¿Alguna sorpresa que se pueda desvelar?

– Estamos incubando algo muy especial que creemos que va a sorprender a nuestros consumidores y estamos muy ilusionados pero, de momento, no puedo contar más.

–¿Lo más difícil de estar al frente de una bodega como Joaquín Rebolledo?

–Depender del tiempo, eso es lo más duro, que tu trabajo y el de todo tu equipo a lo largo de un año pueda perderse en cuestión de días o menos.

–Pero compensa...

– Cada cosecha es como un hijo para nosotros. Verlo nacer y crecer… Eso es espectacular.

– ¿Qué le diría a los consumidores para que brinden con Joaquín Rebolledo en Navidad? ¿Sus deseos para ellos en estas fiestas?

–Que disfruten del vino, de Joaquín Rebolledo y de otros, que es tradición y cultura y algo muy nuestro. 

Categorías: