La IGP Barbanza e Iria pasa a amparar la merenzao y amplía sus rendimientos

Medio Rural publicó ayer la modificación en el pliego de condiciones del sello

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La Indicación Geográfica Protegida de Vino (IGP) Barbanza e Iria pasará a incluir la uva merenzao entre sus variedades amparadas, además de a aumentar los rendimientos permitidos por hectárea en 2.000 kilos para las variedades blancas así como los límites máximos de dos de sus parámetros analíticos; a saber: la acidez volátil y el contenido en anhídrido sulfuroso.

Así lo ha establecido la Consellería Rural en una resolución publicada ayer por el Diario Oficial de Galicia (DOG).

Según explica el propio organismo en nota de prensa, los cambios responden a la solicitud de la modificación del pliego de condiciones de la IGP por parte de las asociaciones de la viticultores y elaboradores de la zona y buscan adaptarlo a las actuales condiciones de trabajo.

Entre las modificaciones destaca así la incorporación de la uva merenzao, una variedad presente en la zona aunque en cantidades pequeñas. Al ser de cultivo tradicional en Galicia y tratarse de un tipo de uva de ciclo corto, explican, se adapta bien al medio natural de Barbanza e Iria, donde madura de forma adecuada para lograr mostos de calidad.

Otro de los cambios más llamativos es el aumento en los rendimientos permitidos por hectárea, que pasarán de los 10.000 a los 12.000 kg para las variedades blancas, ya que, apuntan desde Medio Rural, la experiencia de los últimos años ha demostrado que las parcelas pueden producir más de lo hasta ahora permitido, sin que eso perjudique a la calidad de las elaboraciones resultantes.

En lo que respecta a la acidez volátil y al contenido de sulfuroso, el pliego anterior establecía límites demasiado restrictivos, dejando fuera a productos con características organolépticas adecuadas que responden a la tipicidad de los vinos de Barbanza e Iria. Esto, unido a que, en los últimos años, se comercializan cada vez más vinos envejecidos de esta IGP y, por lo tanto, expuestos durante más tiempo a riesgos oxidativos, fue lo que motivó el cambio.

De este modo, los vinos con buenas calidades organolépticas y que cumplen con el límite legal máximo para este parámetro pasarán a estar amparados por la IGP, cuna, por cierto, de una de las elaboraciones nominadas a Vino Revelación por la prestigiosa publicación Guía Peñín este año.

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