“La relación entre el Camino de Santiago y el vino no es solo natural, sino también histórica. Nacieron y crecieron de la mano en los mismos monasterios. Son dos mundos íntimamente ligados y eso es lo que intento transmitir en los viajes”. Durante años, Enrique López (Málaga, 1975) fantaseó en sus ratos libres con el proyecto que después bautizaría como ‘Cavino’. De esos “locos”, le llamó su jefe y amigo, que se atreven a vivir lo que han soñado despiertos.
En agosto de 2011, López era un sumiller enamorado del Camino de Santiago y así aprovechó sus vacaciones para hacer el camino francés desde Ponferrada. Los viñedos y bodegas de El Bierzo, cuyos vinos conocía y admiraba, marcaron la primera etapa. “Y yo pensaba: ”“¡Qué pena que no me pueda parar!», ¿No? Pensaba: “¡Qué guay sería conocer el Camino de Santiago visitando las bodegas””.
En 2015, un premio le dio la visibilidad necesaria para poner en marcha el que para muchos es hoy: “El mejor viaje de sus vidas”. “Está feo que lo diga yo”, se ríe López al responder sobre las reacciones de los usuarios, “pero es que es unánime”. “Engloba turismo, gastronomía, vino, camino, naturaleza, deporte… Muchas píldoras, cada una en su justa medida, que ensamblan perfectamente”.
Un puzzle de ciudades, rutas, Denominaciones de Origen, bodegas, hoteles, etc. que acerca al visitante a la experiencia del peregrino –“sin ser peregrinaje, eso siempre lo recalco”– y revestido de un gran componente emotivo. “La gente llega a Santiago llorando y se despide llorando; en siete días, los desconocidos pasan a ser amigos, familia; quedan durante el año, crean grupos de Whatsapp…”, describe López y así puede comprobarse en los testimoniales de la página web del ‘Cavino’.
Para el malagueño, la emoción y el relato son fundamentales en enoturismo, una disciplina “en auge” y que “hace mucho bien al mundo del vino”: “El vino siempre está más bueno en la bodega que en el bar de enfrente, aunque solo haya 50 metros de diferencia”, argumenta. Y así, de domingo a domingo, el ‘Cavino’ pasa por seis etapas de distintas rutas del Camino de Santiago con trayectos diarios de una media de 12 kilómetros y a través de las Denominaciones de Origen Rioja, Ribera del duero, Toro, El Bierzo y Ribeira Sacra.
Un ‘Cavino’ por toda Galicia
“Esta última es la etapa más bonita del viaje para mí y para todos”, asegura López y dice más: “Es el paraíso en la tierra, Adán y Eva tuvieron que estar aquí, la primera vez que lo ví no entendía como no era más famoso”. “Cuando, desde Chantada hacia Belesar, se abre entre los árboles el gran escenario y se ven los viñedos de la Ribera del Miño, los bancales de la viticultura heroica…Bueno, eso a la gente se le queda grabado en la memoria.”
El malagueño se declara “un enamorado de Galicia”: “Como peregrino y como sumiller, mis dos grandes pasiones tienen una representación gallega importantísima. En Galicia, cualquier tontería me encanta: hasta el pan y el queso, el pan gallego sabe distinto. La carne o caldeiro, la empanada que nos comemos… Galicia es única porque sus productos son únicos. Mira, el pulpo se hace en cualquier sitio pero el pulpo a feira, que en mi tierra se dice a la gallega, allí no sabe igual. La gastronomía, los paisajes y la calidad de la gente, la calidez del gallego… A mí me parece que es un punto fundamental.”
Quizás por eso, este año López haya decidido ampliar su oferta. En 2019, no habrá nueve ‘Cavinos’, como habría sido la tónica hasta ahora, sino 10. Una novedad a la que podrán apuntarse exclusivamente repetidores de la actividad y que discurrirá a través de las cinco Denominaciones de Origen que componen el vitivinícola gallego: de Valdeorras a Santiago de Compostela, pasando antes por bodegas de O Ribeiro, Ribeira Sacra y Rías Baixas.