*Foto: El director gerente de la AEPEV, Ernesto Gallud, cree que el sector debe escuchar más a los consumidores.//Cedida por Ernesto Gallud
M.B. – Vigo
“Si esos mensajes que hay detrás de cada historia en Galicia, esa forma de hacer, llegasen más al consumidor, sería la bomba porque el producto es excepcional. Esto lo pilla por banda un equipo de Marketing de Napa Valley o del Mosela y lo peta. Tenéis unos albariños, una treixadura… En China, por ejemplo, la gente alucina, no hay ningún chardonnay, por muy bien tratado que esté, que alcance las sensaciones que se alcanzan con algunos de estos vinos”, dice Ernesto Gallud (Alicante, 1955), director gerente de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV) y autor de la serie de guías ‘Sin Mala Uva’.
También ex profesor de Marketing del Instituto de Empresa de Madrid, Gallud cree que la comunidad acertó “cuando salió al exterior a vender y entendió que había que hablar de uva: Rías Baixas –Albariño, Albariño– Rías Baixas”. “¿Por qué? Porque la gente aprende y bebe vino por la uva. Facilita la entrada de nuevos consumidores”, explica Gallud, que opina: “Galicia hizo muy bien en mantener su tipicidad y diferenciarse en cuanto a producto”. Falta, eso sí y aunque “hay ejemplos de todo tipo”, mejorar la comunicación: “No basta con hacer un buen vino y lograr premios. Hay que contarlo”.
Problema que hace extensivo a todo el país. Por un lado: “Habría que invertir más en el mercado internacional, lo que pasa es que para eso hay que venderlo más caro porque, si no, no te salen las cuentas”. Por el otro: “En el mercado interno, hay un problema con los consumidores españoles, que pensamos en el vino como un producto sencillo y barato. Tenemos que construir sobre el sector, es importante que se hable de él, que la gente se sienta orgullosa”.
Precisamente ese es el motivo que ha llevado a la AEPEV a poner en marcha una campaña para que el vino sea “bebida nacional”. El experto se encuentra presentándola estos días en Galicia: “Ser bebida nacional implica más respeto por parte del usuario, que pasa a entenderla como una bebida diferenciada, de éxito: que se sirva o se ofrezca como regalo en los actos institucionales de todo el territorio nacional y las embajadas, que se signifique que esas botellas son reconocidas para los turistas…”.
Lo importante, opina el periodista, es que el vino adquiera valor para el consumidor nacional. Un contexto en el que “hay mucho por hacer”: “El vino ha sabido llegar hasta la tienda o hasta el bar, ha llegado si queremos a la boca, pero no ha llegado al bolsillo ni al corazón. Ese es el reto”, reflexiona y apunta:“Las razones por las que una persona acude a un nicho de mercado determinado no tienen por que recaer en el producto en sí mismo, busca más, otras cosas, y una de ellas puede ser el orgullo”, se despide Gallud no sin antes mostrarse positivo con los futuros resultados de la campaña, para la que los periodistas están recogiendo firmas en Change.org y para la que, afirma, ya cuentan con el respaldo de las instituciones.