*Jean-Luc Nodet muestra a la cámara un maridaje de albariño y ‘Galette de Salmón’ desde Creperie Bretonne, en Urzaiz, 47. // A. Villar
Explica el francés Jean-Luc Nodet, propietario de Creperie Bretonne Annaick en Vigo, que Galicia y Bretaña están muy unidas a través de la cultura celta y la geografía atlántica, dos características que enlazan a estas dos regiones también a través de sus tradiciones eno-gastronómicas y es que ambas hablan de frescura, de mar, de grandes materias primas, de calidad. Propone para demostrarlo un maridaje de Albariño-Rías Baixas y una ‘Galette de Salmón’, con queso de cabra, aguacate, tomate cherry, pipa de calabaza y sésamo, que enamorará, y de ello se muestra convencido, a los comensales más ávidos de platos originales a través de un viaje de sabores y texturas por la historia de la cultura celta en Europa.
Las ‘galettes’, crêpes saladas elaboradas con harina de trigo sarraceno y típicas de la costa bretona, son las grandes protagonistas en Creperie Bretonne, ubicada en Urzáiz, 47 y desde este año también en la Plaza de Mario Puentes de Nigrán, muy cerca de la playa de Patos. Allí se presentan rellenas de huevo, jamón york, bacón, andouille, quesos de todo tipo como roquefort o emmental, compota de cebolla a la sidra y hasta bacalao ahumado, entre otros.
Todo ello elaborado por dos expertos creperos formados específicamente para tal fin y con la posibilidad de acompañarse de ensaladas, tortillas, tablas de embutido, etc. En lo que respecta a la oferta de bebidas de la crepería y además de vinos gallegos, pueden encontrarse también dos tipos de sidra bretona, perfecta para ser combinada, por ejemplo, con las crêpes dulces que también ofrece el establecimiento.
Un plan diferente en Vigo
Hace ya diez años que Jean Luc abrió su crepería en Vigo, ciudad a la que llegó por amor tras casarse con una gallega y donde le pareció natural apostar por las crêpes bretonas de las que disfrutó durante tantos veranos de estancia en la costa de Francia. Una propuesta diferente para la ciudad de Vigo con la que pudo encontrar nexos de unión a través de los símbolos y la cultura celta y con la finalmente acabó por enamorar a una amplia variedad de público. A su establecimiento acuden desde familias hasta grupos de jóvenes y es que es el lugar perfecto para pasar por una jornada diferente.