Nacho Costoya*
Encontrar una pareja ideal es toda una aventura. El sutil arte de armonizar vinos y platos constituye uno de los fundamentos de la gastronomía. Alianzas, rivalidades, acuerdos y discrepancias entran en juego a la hora de buscar o acertar con la mejor opción. Lo habitual y lo que las costumbres nos han llevado a norma es la elección de un blanco, un tinto y un espumoso pero, en mi opinión, la premisa a seguir ha de ser siempre escapar de las rígidas ataduras y elaborar, desde una filosofía lúdica, abierta y nada formal, una propuesta en base a momento, situación y compañía.
Definir Galicia en cuestión de vinos nos llevaría a hablar de atrevimiento, sencillez y mucha personalidad. Explicar emociones que la gente conoce es complicado y la mejor regla es la experiencia. A veces, la búsqueda reside en prestar atención al valor que hay dentro de la botella y no fuera. En esta época, en la que la oferta gastronómica se conjuga con lo moderno y lo tradicional, debemos lograr una armonía entre aromas, bouquet y paladar, y generar con ello inolvidables instantes de placer.
De todos es sabido y más que conocido que nuestros vinos blancos gallegos se convierten en estas fechas en testigos en las diferentes ilusiones culinarias. Nuestros Rías Baixas con fruta, flor, frescor, fragancia y con el aporte de acidez nos ofrecen matices ya no singulares, sino únicos. La búsqueda de untuosidad, cuerpo y frescor lo aportan nuestros godellos, con gran versatilidad. A la hora de escoger un tinto, y los tintos gallegos están de moda, Galicia ofrece fruta, estructura, equilibrio y elegancia. Puedes ser poético, idealista o evocador pero, sobre todo, sé único y no mediático.
Si la búsqueda es clásica: platos y vinos de la zona nunca fallan; por “similitud”, se buscarán sensaciones que se complementen entre ellas: acidez, dulzor, las astringencias, las texturas…; y, por contraste, se tratará de extraer el máximo deleite del enfrentamiento de sabores. La distancia impide abrazos pero no sentimientos y recuerda: Sea cual sea tu elección, disfruta, busca placer con los vinos gallegos, su carácter incisivo, cuerpo amplio y final orgulloso. La pareja ideal…
*Sumiller