El actual es uno de los momentos más duros que se recuerdan en Monterrei. Los más mayores recordaban otro: “No 42 viñera unha xeada que fixo de aquel ano o ano da fame”. El daño debido a la congelación de células de la planta, con formación de hielo tanto en el interior de la célula como en las regiones extracelulares provoca necrosis y la muerte del tejido verde.
Las heladas se pueden diferenciar por la época en que se produce, los mecanismos de actuación y por tipo. La época del año en que ocurrió fue en primavera, por lo que la planta se encuentra al inicio del ciclo vegetativo. El mecanismo de producción de la helada fue por radiación, este tiene lugar en las noches claras cuando la radiación de onda larga desde el suelo hasta el cielo no se ve impedida por la cobertura de nubes o una alta concentración de vapor de agua en la atmósfera y resulta en el enfriamiento del aire cerca de la superficie del suelo. El tipo de helada es negra, debida a una humedad absoluta de la atmósfera muy reducida; las heladas se presentan sin la formación de cristales de hielo, con todas sus malas consecuencias y daños, pero sin el color del hielo superficial.
Ahora, la planta se recuperará en parte. Volverán a salir algunos racimos. Serán pocos, pero creemos que podrán llegar a tener una buena calidad ya que la planta podrá criarlos con facilidad.
Lo esencial es realizar un tratamiento con un cicatrizante y un aminoácido, con lo que buscamos paralizar la necrosis y a la vez activar la brotación de la vid. Recomendamos hacer un corte del pámpano dejando 1 o 2 yemas, con esto buscamos que los conos secundarios produzcan racimos y a la vez obtenemos poda para la próxima campaña. Es esencial facilitar el aporte de H2O + abonos a la vid para que tenga suficientes recursos y no entre en estrés. Tenemos que tener en cuenta que, aunque no tengamos racimos, debemos realizar los tratamientos fitosanitarios como en una campaña normal, para evitar que la planta sufra ataques por hongos y demás. El daño directo más importante es la reducción o pérdida total de la cantidad de cosecha del año en curso. Pero puede haber otros y en el peor de los casos tener que replantar.
Será un año duro, un año para olvidar, pero lo positivo que sacamos de todo esto, si es que existe, es que debemos pensar que esto ha hecho entender a mucha gente el gran esfuerzo que existe detrás de una botella de vino.