El frío más inoportuno

La helada del pasado miércoles, 26 de abril, que en algunas zonas de Galicia se extendió hasta el fin de semana, ha dejado grandes pérdidas en el sector vitivinícola gallego. 

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Texto: María Bueno

La helada del pasado miércoles, 26 de abril, que en algunas zonas de Galicia se extendió hasta el fin de semana, ha dejado grandes pérdidas en el sector vitivinícola gallego. Aunque todavía es pronto para tener datos definitivos, se estima que en Monterrei, la Denominación de Origen más afectada por este fenómeno atmosférico, se ha perdido más del 70% de la producción y, del mismo modo, la de Valdeorras, ha visto dañada entre un 60 y un 70% de su cosecha. En el Ribeiro, por su parte, algunas zonas se han quedado sin el 80% de sus uvas, otras sin el 30% y , en cambio, otras apenas han sufrido daños, en la misma línea que Ribeira Sacra, que lamenta pérdidas de más del 20% con un reparto muy desigual en el que zonas como Quiroga o Pantón han sido las grandes perjudicadas, perdiendo la práctica totalidad de sus uvas. 

Las heladas han vuelto con una crudeza que no se recordaba en el último medio siglo.  Los expertos coinciden en que el factor determinante para entender la gravedad de las pérdidas provocadas por este fenómeno es la intensidad con la que reapareció. En efecto, la noche de aquel miércoles, algunas zonas de la comunidad llegaron a superar los 5ªC negativos mientras que, en otras, los – 3ºC se prolongaron durante más de tres horas. “Mucho frío, muchas horas, eso ya no lo salvaba nadie”, explica una ingeniero agrónomo de Valdeorras.En la misma línea, se pronuncia la investigadora del CSIC y directora del grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia, María del Carmen Martínez, que asegura que a – 3ºC, “media hora, basta para quemar las yemas”. “La helada, este año, fue muy intensa”, subraya la doctora en Biología de la Estación de Viticultura yEnología de Galicia (Evega), Emilia Díaz Losada, quien apunta que “lo que realmente ha importado ha sido la situación geográfica de las viñas”. 

La helada llegó a Galicia con el período de brotación ya muy avanzado, una época especialmente sensible a los factores climáticos y en la que se temen especialmente las heladas primaverales. “Tras el desborre –primera manifestación de crecimiento de la yema–, un fenómeno atmosférico de estas características puede ser muy dañino”, explican algunos expertos del sector, quienes coinciden en que, si bien otros años ha habido heladas en estas fechas, las mismas no alcanzaron temperaturas tan bajas. En este sentido, Martínez puntualiza, sin embargo, que las heladas de este calibre a finales de abril tampoco son nada nuevo. “Es algo que ocurre a lo largo de la historia. De hecho, vemos que aparecen en la bibliografía antigua”, ejemplifica. “Dicen que hace muchos años que no hay una helada tan intensa pero, generalmente, hasta el 8 de mayo, hay riesgo de que se produzcan”, sostiene, por otra parte, Díaz. En efecto, la D.O Monterrei no vive una helada igual desde los años 60, según recuerdan algunos de los bodegueros más experimentados de la zona.

Los expertos  señalan, además, al anticipo del ciclo de la vid, de casi 15 días con respecto a otras temporadas, producido por las altas temperaturas de principios de año, como un agravante del problema al que hoy se enfrentan muchos viticultores gallegos. Para que la planta brote, explica Díaz, necesita un cierto grado de acumulación de calor. “Este año hubo una temperatura muy alta y eso hizo que la viña brotase antes, lo que, a su vez, produjo que la helada afectase más a la cepa, ya en una fase adelantada”, concluye no sin antes puntualizar que el ciclo de la vid lleva ya varios años aventajado. En cualquier caso, sostiene, los efectos de la helada hubiesen sido igualmente graves.

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Emilia Díaz  // DOCTORA EN BIOLOGÍA
“El término catastrófico nose debe emplear con ligereza”
La doctora en Biología de la Estación de Viticultura yEnología de Galicia, Emilia Díaz Losada, opina que la helada ha perjudicado mucho al viñedo gallego, si bien puntualiza que “ha afectado más a unas zonas que otras”. “El viticultor se ve angustiado por la necesidad de recuperar,  ya no la cosecha de este año, sino sus cepas” , manifestó Díaz Losada. La preocupación en el sector también pasa por la posible pérdida de un nicho de mercado. 

En la opinión de la experta la solución a las consecuencias de la helada “pasa por rescatar la cepa y poder realizar una poda el año que viene de forma que, por lo menos, en un año o dos, se restablezca la plantación”. Además, advierte que no se debe emplear ligeramente el término de “zona catastrófica. Si de otras hemos salido, tendremos que salir de esta”. 

Emilia díaz, doctora en biología

LUIS BUITRÓN// ENÓLOGO 
“El sector debe reflexionar sobre los seguros agrarios”

El presidente de la Asociación Gallega de Enólogos, Luis Buitrón, afirma que  “la helada va a ser un golpe muy duro para las bodegas porque puede que llegue un momento en el que, en algunas zonas, no se pueda abastecer el mercado”. Buitrón explica que, ahora mismo,  la solución consiste en intentar recuperar las plantas “para poder tener madera para el año que viene”. “El viticultor tiene que tener tranquilidad y dar los tratamientos a nivel hormonal, cicatrizantes y de abonos foliare”, manifiesta sin olvidar hacer una llamada al sector para que reflexione sobre la contratación de seguros agrarios. “Es importante ya que, si bien no garantizan las cosechas,  sí pueden ofrecer un apoyo económico”,concluye.

Luis Buitrón, enólogo

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