*En el centro, Fabio González, mención honorífica del V Curso de Sumiller Profesional del Ingavi, con el diploma. Le acompañan, de izquierda a derecha: Diego Coquillat, profesor del Basque Culinary Center; Xoan Cannas, director del Ingavi; Juanjo Figueroa, tutor del Curso Superior de Sumiller Profesional; y Alexia Luca de Tena, Jefa Estudios del Ingavi.
«Hasta ahora, del vino gallego se hablaba en futuro: Se decía que «Galicia sería», que «Galicia tenía mucho potencial». Yo creo que ya estamos ahí, de Galicia ya se puede hablar en presente», dice Fabio González (1985), precisamente, segunda generación de Adega Algueira, en Ribeira Sacra.
Acaba de obtener una de las menciones honoríficas que el Instituto Galego do Viño entregó a cuatro de sus alumnos de la promoción 2017-2018 del Curso Superior de Sumiller Profesional, durante la inauguración, esta semana, de su VI Edición en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela.
«Hemos entrado en la curva de subida y vamos a continuar en línea ascendente», se muestra así convencido González, quien pone de relieve la percepción que se tiene de la comunidad en el panorama vitivinícola general.
Una de las cosas que más le motivó del curso, dice, fue, de hecho, la forma en la que los ponentes -el máster cuenta, en sus clases, con expertos de la talla de Ferrán Centelles o Guillermo Cruz- hablaban de la comunidad: «Hay trabajo por hacer pero siempre destacaban que aquí tenemos un tesoro».
Resalta, en este sentido, la carga identitaria de Galicia como una de sus mayores fortalezas: «Una de las cosas más relevantes a día de hoy, en la que hay buenos vinos en muchas partes del mundo, lo que te va a situar en el mapa es la identidad y aquí eso es brutal.»
Fabio, que decidió hacer el curso para obtener una visión amplia del mundo del vino consciente de que «el mercado es ahora global», explica cómo, curiosamente, también le ha ayudado a valorar todavía más sus orígenes.
Ha habido, en cualquier caso, más aprendizajes importantes. Entre ellos, subraya al ser preguntado por un consejo para quien empiece ahora a formarse en el sector, la asunción de que el mundo del vino puede «romperte los esquemas en cualquier momento».
«Yo creo que lo tendría que saber esa persona, de entrada, es que este es un mundo fascinante, muy profundo. Tienes que darte cuenta de que nunca vas a llegar al fondo con esto, es tan rico que no vas a dejar de llevarte sorpresas». «Hay que tener una actitud abierta, dejarse llevar y disfrutarlo sin ideas preconcebidas», completa en el mismo sentido.
Algo parecido sostiene también Tamara Fernández (1987), otra de las cuatro alumnas del curso que acaban de recibir la mención honorífica, y quien coge ahora el relevo familiar en la distribuidora viguesa Disbegal.
Responde sobre lo más importante que ha aprendido: «Hay que saber ver las virtudes de cada vino más allá de su precio, el tamaño de la bodega que lo elabora o la zona de la que procede; acercarse a él sin prejuicios y así es también cómo hay que contarlo.»
¿Un consejo para los que ahora empiezan? «Que lo disfruten, que se esfuercen; el del vino es un mundo del que, cuanto más sabes, más quieres saber. Este es un año en el que van a aprender muchísimo», dice Tamara Fernández quien cree que los gallegos son cada día más valorados por el mercado. «Ha aumentado su presencia internacional, la marca Galicia está en auge», opina.
Tamara, como Fabio, no se esperaba «para nada» la distinción. «Había gente muy preparada, con mucha más base, estoy super orgullosa. En este curso se aprende mucho, se lo recomiendo a todo el mundo», dice y concluye: «Esto solo es el principio».
Toman nota ahora los 25 alumnos de la nueva promoción, que esta semana dieron el pistoletazo de salida al nuevo curso con un invitado de excepción: Diego Coquillat, profesor del Basque Culinary Center, además de periodista y empresario.
Por delante les quedan 700 horas teóricas y prácticas distribuidas a la lo largo de nueve meses, en los que podrán compartir espacios con profesionales de prestigio internacional como Marta Puparelli, Fernando Gallardo, Beatriz Machado o el propio Xoán Cannas, director del Ingavi.