El maravilloso viaje al norte del trópico en el estuario del Miño

Los vinos de O Rosal se elaboran en uno de los lugares privilegiados de Galicia, con clima y condiciones adecuadas para turismo de calidad

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Técnicamente O Rosal está al norte del trópico, bastante al norte, pero no lo suficiente como para no tener un clima tropical o subtropical, con temperaturas suaves que convirten su paisaje en un enorme jardín donde florecen frutales esos si llegados de paises tropicales como el kiwi, el mango o la feijoa, que se mezclan con otros del norte como el mirabel.

Así, los vinos de O Rosal son primos hermanos de unas condiciones espectaculares para disfrutar del tiempo libre, o para vivir todo el año, un privilegio de los que han tenido la suerte de nacer o asentarse en las tierras del estuario del Miño. Es este accidente geográfico el que marca todo, controla el clima y transforma una comarca en un “recuncho” único en el mundo con unas condiciones únicas para un turismo de calidad que puede convivir con los habitantes hospitalarios de una tiera fértil para la viña.

La fiesta del vino puede ser un momento especial para visitar O Rosal, y una vez allí no debemos olvidarnos de los Molinos de Folón y Picón, un conjunto de 57 molinos restaurados en los años 90, que datan de los siglos XVIII y XIX y que en su momento fueron una de las grandes industrias del sur de Galicia y hoy son un atractivo singular para los visitantes.

Las pozas da Cal son un verdadero espectáculo de la naturaleza, que nos trasladan a lugares que podíamos pensar distantes. El rio Cal en su viaje buscando el Miño se lanza por la ladera e inventa cascadas y pozas en las que bañarse y vivir sensaciones únicas.

O Rosal es tierra para disfrutar de la naturaleza, mirar y mirar, y llenarse del paisaje hasta las entrañas. Miradores como el de A Portela, en la carretera de Tui a A Guarda son puntos para encaramarse al mundo. Tambien el Niño do Corvo es un excelente mirador natural al que se sube en coche o caminando y desde donde se puede ver toda la frontera con Portugal desde Tui hasta la desembocadura del Miño y el valle de O Rosal, donde las viñas conforman el paisaje y lo transforman.

O Rosal, junto A Guarda y Tomiño conforman un enclave único donde la ruta del Vino Rías Baixas ha logrado uno de sus mayores éxitos.

Varias bodegas, restaurantes, alojamientos, una enoteca, un museo y una destilería forman parte de la Ruta del Vino Rías Baixas, de la subzona de O Rosal. Esta ruta, la Quinta de Rias Baixas tiene una longitud de 34 kilómetros de largo, y las personas que deseen participar en ella pueden cubrir el tramo total o una parte del mismo.

La Ruta del Vino Rías Baixas fue certificada con la Marca de Calidad Ruta del Vino de España en abril de 2005, y comprendía inicialmente cuatro itinerarios en los que se visitan varios servicios enoturísticos, en el marco de parajes de amplia tradición vitivinícola y turística.

Todos ellos partían de la localidad pontevedresa de Cambados y recorrían las cinco subzonas que abacan la Denominación de Origen Rías Baixas -el Val de O Salnés, Condado de Tea, Soutomaior, O Rosal y Ribeira do Ulla- hasta los concellos de Vilagarcía, Ribadumia, O Grove y Sanxenxo.

Con la incorporación de O Rosal la ruta del vino ha dado un salto enorme, tal y como reflejan las estadisticas. Son numerosas las personas enamoradas de esta sub zona para disfrutar de forma diferente y vivir el vino, la naturaleza y la historia.