*Foto: Aurelio Vázquez y Alejandro Paadín, presidente y vicepresidente de la asociación respectivamente, durante la comida de las ‘Distinciones Gallaecia’. //M.B.
Texto – M.B.
650 muestras, 14 paneles de cata y 51 catadores autonómicos, además de profesionales procedentes de Castilla y León, Andalucía o Reino Unido. Son los datos que marcan el certamen de la Asociación de Sumilleres Gallaecia este 2019, que finalmente ha repartido hasta 73 Distinciones entre las cinco Denominaciones de Origen gallegas. 21 medallas para O Ribeiro, 17 en blancos y cuatro en tintos; 18 para Rías Baixas, todas en blancos; 15 para Valdeorras, nueve en blancos y seis en tintos; diez para Ribeira Sacra, dos en blancos y ocho tintos; y nueve para Monterrei, seis y tres, respectivamente; que demuestran un septiembre más la buena salud de la que goza el sector.
Así es, con 650 muestras procedentes de las cinco Denominaciones de Origen gallegas presentadas a concurso, las Distinciones de la Asociación de Sumilleres Gallaecia han vuelto a medir un año más el pulso al vinícola autonómico, que continúa mejorando a pasos agigantados: sorprenden sus grandes calidades, la capacidad de evolución en el tiempo o la singularidad y complejidad obtenida a través de apuestas como los plurivarietales elaborados con variedades de uva minoritarias.
Así lo destaca el presidente de Gallaecia, Aurelio Vázquez, cuyo restaurante de Santa Comba acogió esta semana la tradicional comida de la asociación, con croquetas de choco, pulpo con almejas, arroz con bogavante o torrija con helado entre los platos del menú y durante la que, además de anunciar los resultados del certamen ante la prensa, se aprovechó también para presentar el vino homenaje al metre Eduardo Pardo, quien fuese el segundo presidente de Gallaecia, propietario del primer restaurante de A Coruña al que se le concedió una Estrella Michelín y fallecido hace ahora tres años.
Un albariño que sirve también para conmemorar el 20ª Aniversario de la Asociación y elaborado por la bodega Martín Códax. Hasta una treintena de miembros de Gallaecia participaron en la vendimia para la puesta en marcha de este vino, que no será comercializado al público. “Un blanco que se quiere parecer a Pardo: elegante, con nervio, mucha estructura y que promete una gran evolución con el tiempo”, describe Vázquez mientras Luis Paadín, también expresidente de la asociación y autor de la contraetiqueta de la botella, recuerda a Pardo como “el mejor metre” que ha visto en toda su vida: “Viajar con él por España era… Trataba al más humilde de los comensales como al rey, al que llegó a servir, y solo lo he visto tembloroso ante una persona y fue ante Joan Manuel Serrat, al que adoraba”.
*Botella conmemorativa del 20ª Aniversario de Gallaecia, un vino homenaje a Eduardo Pardo, en cuya contraetiqueta puede leerse: «A Eduardo Pardo, presidente de honor de Gallaecia: más que un profesional, más que un maestro, más que un mentor, más que un amigo. Disfruta de este vino en su honor, como nosotros hemos disfrutado de su presencia. //M.B
El proceso de cata y la personalidad de cada sello
Las catas de Gallaecia se han divido en dos fases. De las 650 muestras degustadas en las pre-catas celebradas en los Consejos Reguladores, 100 alcanzaron finalmente los 87 puntos necesarios para participar en la cata final de este lunes. En ella, los sumilleres de Gallaecia volvieron a catar el centenar de referencias al completo y con la diferencia de que, esta vez, fue la propia asociación la que adquirió las botellas en el mercado, garantizando de ese modo una mayor fiabilidad de los resultados.
Finalmente, fueron 73 los vinos premiados por un certamen en el que: si O Ribeiro destacó por su “elegancia, equilibrio y complejidad”, Rías Baixas lo hizo por su “frescura, intensidad y evolución”, en palabras de Vázquez. Valdeorras, por su parte, “por el buen trabajo en viñas, cada vez más viejas y esa gran estructura y capacidad de envejecimiento”.
En Ribeira Sacra, se encuentran “vinos complejos y espectaculares, con esa apuesta por variedades más minoritarias que la mencía tanto en monovarietales como en plurivarietales” y, en Monterrei, “se están haciendo las cosas muy bien, muy buenos vinos, con un perfil menos atlántico pero muy agradables, muy bien balanceados. En definitiva, que sorprenden”.