M. B.
Hasta 80 profesionales del mundo del vino, entre los que se encontraban reconocidos rostros del sector, se reunieron este viernes en el incomparable entorno de Casal de Armán, San Andrés, O Ribeiro, para conocer las últimas innovaciones en enología durante el que fue el III Encuentro anual de la Asociación Gallega de Enólogos. Una vez más, la Age agotó así el aforo de la iniciativa formativa por lo que, dice su titular, Luis Buitrón, «por supuesto que se repetirá el año que viene».
Una jornada, la de este 2018, en la que la sostenibilidad de la industria vitivinícola cobró una especial importancia. «Hay que diversificar temas», dice Buitrón, «y el respeto al medio ambiente es de suma importancia». «Basta con ver», ejemplifica, «las normativas tanto nacionales como europeas, ambas cada día más exigentes en este sentido».
Así se puso de relieve, de hecho, durante la primera mitad de la jornada, con sendas charlas sobre la limpieza y desinfección en bodegas así como la depuración de efluentes vinícolas. La primera, dirigida por el enólogo y responsable de Consulvin, Iago Pérez, se centró en las ventajas del ozono en la desinfección de este tipo de empresas. Se trata, en palabras de Pérez, de «un gas natural que se produce de forma segura y que elimina los microorganismos de forma rápida y sostenible».
Tras su intervención, que llamó visiblemente la atención del público experto, le tocó el turno a Ismael Blanco, de Della Toffola Ibérica, quien se centró, por su parte, en los diversos modos de reducir tanto el consumo de agua como la carga contaminante de efluentes para pasar luego a los sistemas de depuración de aguas vitivinícolas residuales propiamente dichos así como su potencial reutilización.
A Blanco le siguió Martín Casado, responsable nacional del segmento de vinos de Foss. Durante su charla, Casado presentó así un sistema de medición de calidad de uva, el Mosaic, al que definió como «un software de conexión entre equipos para garantizar resultados». Una nueva tecnología que saca provecho del big data así como de la estandarización de los procesos en el análisis de calidad de la uva y «cuyas posibilidades de aplicación son tantas y tan diversas», dijo, «que algunos todavía no se conocen». «Una cuestión de justicia», aseguró, «porque no todas las materias primas son iguales» y que espera su pronto desembarco en la comunidad.
Acabada la pausa para el café, dió inicio la segunda parte de la jornada, más centrada en los procesos enológicos propiamente dichos. Enzimas, levaduras, taninos o polisacáridos pasaron así a tomar el protagonismo del encuentro. El primero en hablar fue David Carmona, director técnico de Erbslöh para América del Sur, quien desarrolló el concepto de puro-sur lies, una combinación de productos que actúa sobre la nariz y boca de los vinos de forma rápida y segura, aportando, por ejemplo en blancos, una mayor sedosidad o una menor sensación de tonos verdes.
Después y desde el departamento técnico de Agrovin, Carlos Hernández Sogo puso el foco en la elaboración de vinos tintos con uvas sin una maduración adecuada. Bajo el título «Vinos redondos con uvas triangulares», Hernández Sogo habló de los posibles efectos del cambio climático en el fruto y destacó así la necesidad de desarrollar herramientas a la hora de combatirlos.
Finalmente, le tocó el turno a Victoria Torres Díez, responsable de la gama Nobile de Laffort España, con una ponencia en la que, a través de distintos artículos, ensayos o tesis, fue desarrollando las ventajas del roble fresco en los vinos blancos. Entre ellos, explicó: efectos antioxidantes o la protección de los aromas o el color de los vinos.
La cata de blancos tratados con este tipo de madera y posterior aplauso dió paso a la comida, muy merecida tras más de cinco horas de concentración por parte de los profesionales y que demostró, un año más, que los responsables de la revolución del vino en Galicia, nuestros enólogos, continúan trabajando para mantenerse a la vanguardia de la innovación nacional.