La apuesta definitiva por la sostenibilidad llega a Terras Gauda

Hallar alternativas al uso de fitosanitarios y restaurar la biodiversidad del suelo, fines de los dos últimos proyectos de I+D del grupo

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Corría el año 2001 y nadie hablaba todavía de “sostenibilidad” en el país, cuando la bodega de O Rosal empezó su primer proyecto de investigación relacionado con el tema: un estudio sobre clones de albariño en colaboración con el CSIC que perseguía, entre sus objetivos centrales, la resistencia natural de las uvas a las enfermedades. Desde entonces, Terras Gauda no ha dejado de colaborar con entidades de distintos tipos y países en proyectos que vienen a redundar en la necesidad de proteger el medio ambiente y, más en concreto, la reducción del uso de fitosanitarios en el viñedo a través de técnicas como la viticultura de precisión u originales iniciativas como la más reciente Vitalver.

Ahora da un paso más reuniendo toda su experiencia, ideas y resultados recopilados a través de casi veinte años en dos proyectos de envergadura internacional en I+D+i, que se pondrán en marcha a partir del año 2020. Así y por un lado, colaborará con empresas, centros de investigación, parques tecnológicos, instituciones gubernamentales y universidades de países de todo el área mediterránea de la Unión Europea para hallar alternativas sostenibles y eficaces a los fitosanitarios: “Buscaremos las moléculas más naturales, menos dañinas, e investigaremos el modo de usarlas lo menos posible a través del estudio de mejoras técnicas en asuntos como la conducción del viñedo”, concreta el director enológico del grupo, Emilio Rodríguez Canas, sobre el proyecto presentado esta semana en las instalaciones de la bodega de Rías Baixas, desarrollado en el marco de HORIZON 2020 y que pretende extrapolar sus resultados a otros cultivos.

Por otro lado, la bodega anuncia también una iniciativa propia, desarrollada con el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), y centrada en la restauración de la biodiversidad de los suelos. “El objetivo fundamental es demostrar que un suelo que se da por agotado puede recuperar su microbiota a través del manejo de la intensificación ecológica”, apunta Rodríguez Canas, que explica que para la puesta en marcha de la investigación, Terras Gauda colaborará con una bodega de América Latina: “Se ha elegido esta zona para poder obtener resultados duplicados a ambos lados del Atlántico en un solo año, las conclusiones siempre se extraen en vendimia y, mientras la recogida aquí es en septiembre, allí es en marzo”.

Dos proyectos distintos que, sin embargo, giran en torno a la misma idea, resuelve el experto, que opina: “Es fundamental que nos impliquemos, que trabajemos por revertir la tendencia de daño al medio, estoy convencido de que se puede y de que cada grano de arena cuenta. Más aún en el sector primario, donde dependemos más que nadie de la naturaleza y somos los primeros en vernos afectados por cambios como el incremento de temperaturas o los fenómenos atmosféricos más concentrados”.