El pasado domingo, en el Castillo de Soutomaior, Pontevedra, las caras de concentración y las sonrisas se repartieron a partes iguales. No todos los días tiene uno la oportunidad de aprender a catar a ciegas de la mano de quien ha sido campeón del mundo en ‘Degustación de Vinos’. El sumiller José Luis Aragunde se deshizo en consejos durante la VII Cata Amateur de la Ruta del Vino Rías Baixas – “la primera impresión importa; también los recuerdos en nariz”– al tiempo que desgranó subzonas, elaboraciones o cosechas de la D.O. del Albariño.
Los casi cien asistentes al evento, por su parte, tomaron buena nota y después: De la copa parada a arriba y abajo. Movimientos de muñeca se sucedían, con mayor o menor acierto, en el que fue hogar de Don Pedro Madruga para dejar paso, acto seguido, a la nariz y la boca. Intensidad, franqueza, persistencia o calidad… Los participantes olieron, saborearon, volvieron a oler, comentaron con el resto de miembros de sus mesas –“¿A vosotros a qué os recuerda?”– , hubo hasta quien pidió jamón para acompañar y, finalmente, apuntaron sus conclusiones.
Colonia y producto de limpieza fueron algunos de los matices anotados en las fichas de cata durante la fase del juego celebrada a etiqueta descubierta y, aunque pueda no parecerlo, lo cierto es que los nuevos expertos no iban mal encaminados: Había flores y había cítricos, respectivamente. Con música de los 80 como banda sonora y la promesa de un maridaje con conservas de ANFACO al acabar, llegó el gran momento: de las cinco referencias degustadas bajo el amparo de Aragunde, tres volverían a escena, esta vez a ciegas, y los participantes tendrían que identificar sus nombres.
Allí estaban grandes aficionados del sector como la blogger gastronómica pontevedresa Emilia Santiago y su marido Jesús Hermida pero también Ana López y José Luis Pérez, quienes acudieron desde Santiago para disfrutar del domingo de una forma distinta. Lo consiguieron en una jornada “muy amena y divertida”, como la calificó Ana, que ya hacía pensar a José Luis en repetir: “Quiero volver”. También Lidia Álvarez Vila, técnico de Turismo Rías Baixas, con quien Galicia en Vinos se encontró escribiendo un whatsapp a su marido para proponerle participar juntos. Era la primera vez que vivía una cata y lo tuvo claro: “El mundo del vino engancha, me ha despertado mucha curiosidad, quiero saber más.”
Objetivo conseguido, entonces, por parte de la Ruta de Rías Baixas a través de una iniciativa que Aragunde valora, por su parte, como fundamental a la hora de acercar el sector a la gente. “El vino no es para los expertos”, dice, “es para que el consumidor lo disfrute”. “Tenemos que beber más vino y más vino de aquí: Galicia está al nivel de las principales regiones vitivinícolas del mundo” apunta y argumenta para despedirse: “Esa chispa, esa magia, esa personalidad, que escapan de lo monótono, nos vuelven diferentes”.
Hoy lo saben más gallegos que ayer.