La diferenciación es la seña de identidad de Bodegas Terras Gauda, que elabora sus vinos siguiendo una premisa: el origen define su personalidad, expresando en copa el carácter de las variedades propias. El Albariño, el Caíño Blanco y el Loureiro revelan su autenticidad y la singularidad recorre de principio a fin cada botella. Vinos creados para disfrutar y compartir momentos que dejan huella.
La Mar de Terras Gauda 2022
El compromiso con el entorno y su afán por la distinción llevó a la bodega a rescatar el Caíño Blanco, una variedad hoy conocida pero que estaba al borde de la desaparición en la década de los 80. La recuperación de esta cepa, de menor productividad pero extraordinarias cualidades enológicas, marcó un hito en 2009: el primer vino del mercado elaborado con esta variedad, La Mar de Terras Gauda.
Catorce añadas ya de un vino que fluye por su esencia atlántica y por la capacidad para extraer la mineralidad del terruño en el que nace. Los matices propios de cada cosecha hacen de La Mar de Terras Gauda un vino que conquista los paladares de perfiles muy diversos. El potencial de envejecimiento está relacionado con el proceso de elaboración, en contacto con sus lías durante más de dos meses y, a continuación, a baja temperatura al menos otros seis meses para terminar de afinarse durante su reposo en botella.
Terras Gauda Etiqueta Negra 2022
Bodegas Terras Gauda siempre ha transitado por el camino de la diferenciación. Suyo es también el primer vino blanco gallego fermentado en barrica de roble francés y en la crianza sobre lías: Terras Gauda Etiqueta Negra. Un vino exclusivo que combina como ninguno la fuerza frutal de sus tres variedades autóctonas (Albariño, Caíño Blanco y Loureiro) y la finura del roble francés propia de las fudres en las que se desarrolla una parte de su proceso de elaboración.
Elegancia, estructura y una personalidad única son las tres características más sobresalientes de este vino que, desde su primera añada en 1993 hasta la del 2022, define a la perfección la esencia de lo selecto. Impresiona en boca por su potencia y cuerpo, que coexisten sin perder un ápice de su frescura. Opulento, aterciopelado y untuoso. El final, largo y poderoso.