Carta de John Digby en 1614. Biblioteca Nacional. Recogida en el libro “La maravillosa historia del vino en Galicia” de Luis Congil. // Biblioteca Nacional
Más que acertado estuvo el periodista Luis Congil al calificar de “maravillosa” la “historia del vino en Galicia” en el título de su último libro, una obra que nos asombra con instra-historias únicas: las que nos descubren la cultura y la pasión vitivinícola de estas tierras nuestras a lo largo de los siglos.
Y es que la tendencia exportadora del sector más internacionalizado del agro gallego viene de lejos. Si ya bien sabida era la dimensión internacional de los vinos de Ribadavia durante toda la Edad Media, no menos importante, aunque sí más desconocido, fue el éxito cosechado por los de Gondomar en la corte británica en el siglo XVII. Allí conquistaron no solo al mismísimo rey de Inglaterra, Jacobo I, que (le) pedía con asiduidad que le sirvieran vinos de (sus) tierras gallegas, sino también a su histórico canciller: Sir Francis Bacon, padre del método científico moderno, y con él a buena parte de la corte británica.
Una auténtica diplomacia del vino
“Cierto que salió muy bueno el vino de Gundamar y tiene gran fama por acá”. Esta frase de John Digby, ex embajador inglés en España, es solo uno de los rigurosos documentos recogidos por Congil para adentrarnos en este fantástico despliegue de “diplomacia del vino” protagonizada por Diego Sarmiento de Acuña, embajador de España en Londres y más conocido como el Conde de Gondomar, cuando empezó a fletar una línea regular de vino de sus propiedades para agasajar a Jacobo I de Inglaterra.
Pentecostés, a la altura de su legado
A esta hermosa parte de nuestra historia nos abre la puerta la bodega Pentecostés, asentada en las mismas tierras en las que crecían los vinos con lo que el Conde de Gondomar conquistó los corazones de los más ilustres ingleses de la época. Allí, hoy, los pazos Barreiro y De Moldes se unen en el tiempo a través de viñedos y piedra para presentarnos vinos únicos, frescos y expresivos, Pentecostés 100% albariño y un Pentecostés varietales, que se expresan en copa como pocos para descubrirnos lo mejor de nuestra historia.
D.O Rías Baixas
Valle Miñor, Galicia
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