Pasados diez minutos de las nueve de la mañana de este viernes, dió comienzo en las instalaciones de Casal de Armán la II Edición del Encontro Enóloxico Galego, una iniciativa organizada por la Asociación Gallega de Enólogos (AGE) que aprovechaba, además, la cita para celebrar sus ya 15 años de existencia.
Hasta siete charlas y tres catas se condesaron así entre las 9:00 y las 15:00 horas en el restaurante ourensano para tratar los últimos avances en tecnología enólogica de la mano de grandes marcas comerciales del sector como Agrovin, Dolmar o Lallemand, quienes, entre otros, se encargaron de las ponencias.
La temática del evento, marcada por el momento en el que se encuentra actualmente el proceso de elaboración de los vinos gallegos, profundizó en distintas fases del mismo como son el embotellado o la crianza, además de presentar nuevas generaciones de productos entre los que se encontraban corchos o estalibizadores del vino.
Un programa readaptado después de que la iniciativa fuese pospuesta en septiembre tras los episodios de granizo que obligaron a una vendimia urgente en distintas áreas de la comunidad y en el que se incidió especialmente en el papel que juega el oxígeno en los vinos y la importancia de una adecuada gestión del mismo.
Así, destacó la intervención de Marta Arranz, de Nomacorc, quien habló sobre la influencia del oxígeno en la calidad del vino. También Ana Otero, Directora de Laboratorio Dolmar, con una intervención práctica en la que mostró fotografías de precipitados del vino vistos al microscopio, llamó la atención del público.
Enartis, por su parte, presentó “una nueva generación de productos” para la total estabilización coloidal de los vinos, un “hallazago revolucionario” comparable al descubrimiento del sulfuruso, en palabras de la propia marca, y de probado carácter sostenible.
Carlos Suárez, Manager General Lallemand España-Portugal, Juán Carlos Andrés, Coordinador Técnico de AEB o Rebeca Lapuente, de Agrovin, fueron otros de los interventores del encuentro, al que acudieron más de 70 profesionales de la enología y en el que las charlas, de una duración aproximada de 30 minutos, se sucedieron ligeras entre los comentarios y anotaciones de los asistentes.
Por supuesto, no faltaron las catas de Colombin, Enartis y Nomacorc como tampoco faltó el espacio de networking durante el café y la comida. Justo antes de esta última, llegó el que fue el momento más emotivo del día: se entregaba una placa conmemorativa al conocido enólogo José Manuel Martínez Juste, primer presidente de la Asociación.
Lo hacía el actual titular de la entidad, Luis Buitrón, mientras el propio Juste pedía que le acompañasen todos los fundadores de la AGE. De sus sillas se levantaron Jorge Hervella, Pablo Ibáñez y Álvaro Bueno, mientras el enólogo de Grandes Pagos de la Viticultura Gallega insisitía en el que el mérito era de todos ellos.
“Hubo momentos muy difíciles, no teníamos recursos; hubo que tirar de ingresos propios, muchas horas, mucho esfuerzo; el homenaje no es para mí, es para todo el equipo”; insisistió para pasar a recordar, con una sonrisa, que “también se lo habían pasado muy bien”, sin olvidar agradecer el trabajo de Pablo Estévez, actual vicepresidente de la AGE así como la contribución de todos los socios.
Más de 70 en la actualidad, hasta el 80% de los profesionales que están trabajando en el sector ahora mismo, según calculó para Galicia en Vinos Buitrón, satisfecho por el éxito del ‘Encontro’, en el que hubo récord de inscripciones y en el que, además, algunas casas comerciales tuvieron que quedarse sin participar.
El discurso de Juste lo acabó Buitrón, remarcando que fue José Manuel Martínez quien tuvo la idea de fundar la asociación y quien “tiró del carro para delante”. “Y ahora a comer” finalizó. Ya entrada la tarde, el personal de Casal de Armán ofreció un menú de tres platos a los asistentes en el que las gambas a la plancha, vinieron seguidas de vieiras a la gallega y carrillera de ternera, todo ello acompañado de referencias de las cinco D.O. gallegas.
Con vino, como no podía ser de otro modo, acababa así una jornada intensa y exitosa en la que las ganas de saber más de nuestros enólogos se combinaron con un aniversario que traslucía lo que ha costado llevar a la profesión hasta donde está hoy.