El presidente de la Asociación Gallega de Enoturismo, José Luis Vilanova, también economista, empresario, bodeguero y decorador, lo tiene claro: “El futuro del enoturismo de la comunidad pasa por ir más allá del vino”.
“El sector”, asegura, “se encuentra en un momento inmejorable, gracias a la singularidad de sus variedades autóctonas, que lo diferencian ante un tipo de visitante que es más un viajero ávido de experiencias que turista”.
En este contexto puntualiza que importa más la calidad del turismo generado que los números y apuesta por un sector “desestacionado que genere rentas y deje recursos en Galicia”.
“Hablamos de un público que es viajero, que busca sensibilidad y belleza en el paisaje , que quiere enriquecerse”, añade el también propietario de Novavila Wine Design Hotel, un hotel pionero en el enoturismo gallego.“Hoy en día, la singularidad es fundamental para destacar”, concluye.
Vilanova cree que la calidad es uno de los puntos fuertes en el camino hacia la excelencia del vitícola gallego e insiste en que “no debemos olvidarnos de la diferenciación”. Defiende, de este modo, “la creatividad y la innovación sin perder nunca la esencia de nuestra tradición”.
En el mismo sentido habla de la apertura de “nuevas líneas de negocio que abarquen otro tipo de consumidores y permitan al sector llegar a más mercados”. Cita como ejemplo los espumosos o los blancos de guarda: “Ya se está trabajando en esta línea y hay que seguir”.
La diversificación del sector vitícola, en cualquier caso, puede llegar aún más lejos y generar sinergias con sectores muy diferentes entre sí a simple vista como pueden ser el de “la cosmética, la decoración o la aromaterapia”.
“Yo digo lo siguiente: hay países que han desarrollado ya diferentes productos cosméticos con éxito a partir del vino y, con el potencial enológico que tenemos, podemos dar un paso en esa dirección. Tiene futuro, el mismo que, por ejemplo, ya lo tienen también las algas”, asegura.
NUEVOS CONCEPTOS
Una línea que Vilanova, lejos de limitarse a predicar, practica también como empresario. Hace ahora 9 años, de hecho, decidió desarrollar a partir del varietal albariño nuevos conceptos de producto relacionados con el mundo del enoturismo.
“Ampliar los nichos de mercado”. Ese era, cuenta Vilanova, el objetivo que perseguía cuando lanzó a la venta al público una vela aromática basada en la nota de cata del albariño.
La primera vela decorativa con fragancia de este vino gallego y cuyo olor, explica, “ha sido el resultado de la colaboración entre expertos cereros y perfumistas. Está presentada dentro de un vaso de cristal que puede ser utilizado posteriormente para degustar, por ejemplo, un buen albariño”.
En los mikados de Novavila podemos encontrar también la esencia de la variedad paradigmática de Rías Baixas. Además, la empresa está trabajando en una línea de cosméticos centrados en la vinoterapia; todavía fuera de catálogo.
Conceptos diferentes que han permitido internacionalizarse, llegando a países como Italia, Francia o Suiza, entre otros, dice Vilanova, a quien no le cabe ninguna duda del potencial de Galicia en este campo: “Claro que sí, solo hay que estar ahí y trabajar”.
“Sumamos creatividad, innovación, calidad y tradición”, resume en este sentido para pasar a comparar el futuro del vino gallego en cosmética con el pasado de nuestras aguas termales, “de donde han salido productos icónicos como los jabones de sales o el Magno, siendo Amenities en los mejores hoteles del mundo”. “Los polifenoles de la uva”, argumenta, “tienen múltiples y contrastados beneficios en este campo”.
NOVAVILA DESIGN WINE HOTEL
Vilanova viene de la tradición vitícola de O Salnés. Su familia posee una bodega desde hace más de medio siglo, fecha en la que también puso en marcha una empresa de decoración especializada en equipamiento para el hogar , colectividades, instalaciones, hostelería…
En 2009, y tras una reforma exhaustiva de una de las propiedades de la familia en Meis, decidieron unir estos dos sectores en un único proyecto e inauguraron Novavila Design Wine Hotel.
“Un concepto enoturístico diferencial que se convirtió”, sostiene, “en el primer alojamiento con bodega y editora de producto de la comunidad”. En él, no falta ni el más mínimo detalle: desde el nombre de las habitaciones, diferenciadas por variedades autóctonas, hasta cada objeto decorativo, relacionado con el mundo del vino y la enología.
José Luis Vilanova lanzó , “más o menos al mismo tiempo”, sus velas aromáticas y sus mikados, seguro de la transversalidad del vitícola gallego . Todo parece indicar que no se equivocó.