“Nuestros abuelos ya bebían vino y no cerveza así que sin complejos porque los gallegos lo llevamos en la sangre”. Es el primer consejo del sumiller José Luis Aragunde a los que quieran acercarse al arte de la degustación. Recién llegado del ‘Campeonato del Mundo de Cata’ que él mismo ganó el pasado año 2015, el ahora entrenador de la selección española dirigirá este domingo una ‘Cata Amateur’ en Meis con motivo de “Meus Viños”. Se trata de la primera fiesta dedicada en exclusiva a las elaboraciones del municipio, entre los que más viñedos aglutinan de Rías Baixas en proporción a su tamaño y hogar de importantes bodegas del sello de calidad.
“Me parece una muy buena idea que se centre en los elaboradores y viticultores del concello y una gran oportunidad para comprobar las distintas características que pueden existir dentro de una misma subzona como O Salnés. No son grandes diferencias, sino matices que ahí están, que suman valor a las D.O. y que de hecho en países como Francia o Italia se reflejan en las etiquetas”, comenta Aragunde, que en la nueva cita vitivinícola espera encontrarse con “vinos de acidez bien integrada, quizás un pelín menos salinos que los de Castrelo, por ejemplo, y con un punto vegetal, herbáceo, muy interesante, así como con toques cítricos y de manzana verde”.
Características que podrán comprobarse a través de la media decena de vinos protagonistas de la ‘Cata Amateur ‘ del domingo, que tendrá lugar a partir de las 12.00 horas en Casa de Escudeiro, con una metodología muy similar al certamen Nariz de Oro, del que Aragunde, por cierto, fue finalista hasta en tres ocasiones: Primero se llevará a cabo una cata vista con pequeña explicación técnica de cada uno de los vinos y después se tratará de reconocer cada vino ya en fase a ciegas.
Un juego en el que los participantes afinarán el olfato pero sobre todo podrán disfrutar de una bebida, y un alimento, para Aragunde “mucho más sencillo de lo a veces cree la gente, nacido para mejorar la calidad de vida de las personas y testigo de la historia de Galicia, en la que son muchas las familias que viven de y para él”.
Teniendo esto en cuenta, importante es también mantener la mente abierta, catar el abanico de vinos más amplio que se pueda y no encasillarse en lo que nos gusta y lo que no, buscar las virtudes de cada zona, cada variedad, cada tipo de elaboración.
Ya entrados en materia, Aragunde recomienda pararse sobre todo en nariz y boca, más allá del color, y buscar en cada vino el matiz que destaque: quizás un pelín más de acidez, puede que una pequeña nota de madera… Y, una vez localizado, asociarlo a un recuerdo propio, para poder rememorarlo después. Es también básica la concentración.
Con todo, reconoce el profesional, hasta los mejores catadores fallan y el mundo del vino es tan amplio que es muy difícil, sino imposible, conocerlo al completo. “Yo, cuanto más cato, menos creo que sé”, ejemplifica Aragunde con una frase que recuerda al sabio griego Sócrates. Lo dicho, “sin complejos” porque, al final, “los gallegos lo llevamos en la sangre y tenemos que estar muy orgullosos de los vinos que tenemos”.