Pago de Carraovejas desembarca en O Ribeiro justo a tiempo para la vendimia 2019: «Queremos potenciar un terroir único en España»

El objetivo del equipo liderado por Pedro Ruiz es simplificar la gama de vinos de Viña Meín, recogiendo la esencia de su finca y mantener la marca Emilio Rojo como vino de parcela — tanto el personal de Meín como el propio Emilio Rojo seguirán ligados al proyecto

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Si hace unas semanas los medios de comunicación autonómicos adelantaban la noticia, entre ellos FARO DE VIGO, ahora es el propio grupo de la bodega de Ribera Pago de Carraovejas, Alma Carraovejas, el que confirma la compra de las bodegas de O Ribeiro Emilio Rojo y Viña Meín tras haber cerrado la adquisición de la segunda definitivamente este lunes, 15 de julio.

La marca llega así a la Denominación de Origen más antigua de Galicia y lo hace justo a tiempo para ponerse a los mandos de la dirección en la próxima vendimia, correspondiente a la añada 2019, si bien tanto el propio Emilio Rojo como el equipo de Viña Meín seguirán participando en el proyecto.

El personal técnico de Alma Carraovejas está ya trabajando en colaboración con estas «dos bodegas emblemáticas», que pasan a formar parte del conjunto vitivinícola de Alma Carraovejas y refuerzan de este modo su «filosofía de apostar por proyectos singulares con el compromiso de construir un legado único».

Según concreta el grupo en nota de prensa, «el propósito de Pedro Ruiz Aragoneses, director de Alma Carraovejas, y de su equipo es revalorizar la zona y sus paisajes singulares, un viñedo ancestral cargado de historia que es la cuna del Ribeiro». En palabras del propio Pedro Ruiz: “Ribeiro y más concretamente Viña Meín y Emilio Rojo se distinguen por su singularidad y carácter genuino. Una emoción que se percibe nada más poner un pie en Leiro y, por supuesto, recorriendo esas pequeñas parcelas que son el origen del Ribeiro».

Pedro Ruiz y su equipo insisten en el respeto a la identidad

El objetivo del equipo liderado por Pedro Ruiz es simplificar la gama de vinos de Viña Meín, recogiendo la esencia y peculiaridades de su finca y mantener la marca Emilio Rojo como vino de parcela. Para ello, tanto el personal de Meín como el propio Emilio Rojo seguirán ligados al proyecto. El conocimiento aportado por Alma Carraovejas buscará potenciar tanto este terroir único en España como la propia zona, patrimonio histórico de la vitivinicultura de nuestro país.

Para la elaboración de los vinos, igualmente, se respetarán los parajes singulares de ambas bodegas haciendo especial hincapié en la personalidad y autenticidad de cada viña. Las 18 hectáreas de Meín se sitúan en las mejores laderas del Valle del Avia (San Clodio y Gomáriz) y albergan varietales como Treixadura, Godello, Lado, Loureira, Torrontés y Albariño. Estas variedades para elaborar blancos conviven con el caíño tinto, brancellao o sousón, entre otros, destinados a la elaboración de unos tintos de una personalidad única.

La excepcionalidad y singularidad de las apenas 2 hectáreas del viñedo del colleiteiro Emilio Rojo, mantendrán su propia identidad y se destinarán a seguir elaborando uno de los vinos referentes de España. Para esta continuidad ha sido fundamental la conexión personal y la apuesta de Alma Carraovejas por revalorizar una zona en la que tiene puesta muchísima ilusión.

El equipo de Alma Carraovejas ya está trabajando en colaboración con el equipo de viticultura y elaboración de Viña Meín y Emilio Rojo. La dirección técnica estará en manos de Laura Montero que se ha incorporado en fechas recientes al proyecto. Laura Montero tiene una amplia experiencia en proyectos internacionales y especialmente en Galicia, zona en la que lleva trabajando desde el año 2012, conociendo al detalle estos terruños únicos.