Si hace dos semanas Ribeira Sacra se convertía en la tercera Denominación de Origen gallega en obtener el certificado ENAC, hace unos días conocíamos que Valdeorras aprobaba retomar los trabajos para conseguirla pero, ¿por qué es tan importante?
José Luis García Pando lo tiene claro: se trata, dice, de un mecanismo «imprescindible para que los consumidores puedan tener garantías plenas de que detrás de cada botella de vino que se comercializa existe un estricto control de calidad”.
En efecto, ENAC tiene la misión de avalar la competencia técnica de distintos organismos para generar confianza en sus actividades a la Administración, al mercado y a la sociedad en general.
El cumplimiento de sus normas es, además, una obligación comunitaria, en la que algunos sellos de calidad gallegos son pioneros, al haberla obtenido antes que importantes denominaciones de origen españolas como La Rioja.
Valdeorras espera unirse así pronto a la lista, después de que el pasado jueves el pleno de su Consejo Regulador autorizase la renovación de la firma de un convenio con la Universidade de Vigo para avanzar en los trámites de cara a la obtención de dicha acreditación.
Cambio en el manual de calidad
Con el objeto de actualizar los procedimientos del organismo que permitan avanzar en esta línea de trabajo, el Pleno decidió, además, promover modificaciones en las normas de explotadores, de bodegas y en el manual de calidad.
Junto a esto, se autorizó la contratación de un técnico a media jornada para ayudar al Órgano de Control en todas las tareas necesarias para ajustar los parámetros de la D.O. a los requerimientos de ENAC.
Finalmente, el Pleno aprobó también hoy la renovación de los miembros del Comité de Garantías del Consello Regulador para que cada uno de los colectivos que componen el organismo tengan representación: cooperativas, bodegas y viticultores.
A éstos se sumarán los representantes del Ingacal y del Instituto Galego de Consumo y una persona en nombre del propio Consello Regulador.