El número cinco de la Plaza Compostela, el Cafe Vitruvia, acogio ayer un brindis con y por el vino de O Ribeiro, «la D.O. histórica de Galicia», según la describió el escritor Xavier Castro. Un vino que, se dijo, es además «esencia galega» y que guarda no poca relación con algunos de los autores míticos de nuestra literatura como Carlos Casares u Otero Pedrayo, a quienes sirvió de inspiración en más de una ocasión.
De ello, precisamente, se habló ayer en el Vitruvia, uno de los enclaves favoritos de Casares por su proximidad a la editorial Galaxia, quien lo frecuentaba a menudo cuando era todavía el Café Alameda. Entre los ocho amigos amantes del vino y la literatura gallega que participaron en esta charla, se encontraba quien conoció muy de cerca al autor de Vento Ferido.
Xosé Manuel Soutullo deleitó así a los presentes con anécdotas del también político, docente y periodista. «En las distancias cortas, Casares era un hombre inteligente, divertido, agudo, culto, muy culto pero que, pese a ello, nunca abrumaba a sus interlocutores», concluyó el editor sobre el que fue su compañero de trabajo y amigo durante años.
En el encuentro estaban también Juan Manuel Casares y Cristina Alcalá; respectivamente: presidente y gerente del C.R.D.O. O Ribeiro; institución esta organizadora del encuentro. Una ocasión en la que ambos compartieron la larga historia de O Ribeiro como D.O. y es que no en vano es esta la más antigua de Galicia.
«Reivindicar la cultura gallega es el modo de dar forma a algo tan hétereo como es una esencia» señaló Alcalá para pasar a reivindicar la importancia de “hacer patria con el territorio y las raíces”. Dicho y hecho. Por la cultura, el territorio y las raíces se brindó entonces en uno de los lugares históricos de la ciudad olívica con vino de O Ribeiro, cuya botella, para la ocasión, contaba con una etiqueta especial: Ribeiro, palabra de Carlos Casares.
«Simbólico», quizás, pero, dijo Alcalá, «por algo había que empezar». Para ello, O Ribeiro ha elegido esta iniciativa que ha estado presente ya en Barcelona y que viajará también a Ourense, Santiago y Madrid en las próximas semanas.
La cutura, mejor con Ribeiro
Tras el brindis empezó la segunda parte de este ciclo de literatura y vino, ya abierta al público. Sobre las 8:30, los asistentes empezaron a sentarse así en las sillas preparadas para la ocasión y la sala se volvió pequeña de pronto.
Ni un sitio libre quedaba cuando Juan Casares, presidente de O Ribeiro, dio la bienvenida a los oyentes, quienes, acto seguido, pudieron conocer, con más profundidad, la D.O. a través de un vídeo en el que se relataban curiosidades como la presencia de sus vinos en el Códice Calixtino o el viaje de estos a América con Cristobal Colón.
Acabado el vídeo, Xavier Castro, ponente de la cita, desarrolló la historia del vino de O Ribeiro. «Lo era todo para la gente», señaló para pasar a ejemplificar: «hasta el punto de que se convirtió en un monocultivo».
Mientras el personal del Vitruvia ofrecía vino de O Ribeiro y pinchos a los asistentes, Alcalá tomó entonces la palabra y resaltó que si la vid «fue un monocultivo», lo fue, precisamente, porque se daban las condiciones naturales idóneas para ello.
«Los valles, el clima y el suelo de la zona crean un entorno perfecto para la elaboración de vinos», incidió para pasar a explicar las características de los vinos que, mientras charlaba, se estaba sirviendo: primero, un blanco elaborado con un 70% de treixadura; después, un tinto con mencía, brancellao y caíño.
La jornada, en la que se pudo escuchar a algunos de los autores favoritos de Casares como Brassens o The Beatles y en la que se cantó también una oda al vino, remató con un nuevo brindis en el que Juan Casares, «que comparte apellido con el escritor pero, por desgracia, no parentesco», animó a todo el mundo a «apostar por la cultura».
«Si es con una copa de Ribeiro», expresó, «mejor».
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