Elaboración:
Solamente se elabora en años excepcionales y con una producción muy reducida (500 a 1.000 botellas). La bodega elabora parte de sus mejores uvas en fermentación en barrica de madera de acacia.
La madera de acacia, respecto a la del roble es mucho menos tánica, especialmente en elagitaninos amargos y astringentes, presentando concentraciones de flavonoides algo más elevadas, que unido a una mayor permeabilidad, comunican al vino un color dorado algo más intenso. Los aromas que cede al vino son muy diferentes al coco, vainilla y especiados típicos de la madera de roble, comunicando perfumes mucho más sutiles, que recuerdan a maderas orientales, como sándalo e incienso entre otros.
En la boca los vinos resultan más armados, con un mayor volumen y cuerpo, por la abundante cesión de polisacáridos que contiene esta madera, pues no olvidemos que de esta especie se extrae la goma arábiga, también utilizada en enología como estabilizante de coloides y como aditivo para elevar la sensación de volumen en la boca. Su nivel de tostado no debe ser muy elevado, para conservar las peculiares características aromáticas que ofrece esta madera, y también evitar la deformación aromática que produce la madera muy tostada, con notas a humo y carbón que pueden desvirtuar los aromas varietales procedentes de la uva.
Cata:
- Fase visual: Color amarillo dorado con tonos verdosos.
- Fase olfativa: Intensos y complejos aromas a frutas de hueso (melocotón) y cítricos (pomelo), con matices vegetales (hinojo) y frutos secos (almendra), todos ellos armonizados con aromas procedentes de la madera de acacia (maderas orientales: sándalo e incienso).
- Fase gustativa: Gusto potente y fresco, de gran longitud y persistencia aromática de gran intensidad y complejidad.