Elaboración:
El proceso de elaboración de Moraima comienza en la viña. Una vez alcanzado el momento óptimo de maduración, el proceso pasa a las parcelas con las cepas más antiguas, donde se hace la vendimia de manera manual, como indica la tradición, y también, de esta manera, se hace la selección de los racimos que se depositan en cajas de poca capacidad para mantener el buen estado de las uvas.
Ya en la bodega, a los racimos se les retira el raspón, causando así una leve rotura de la piel que permite la salida parcial del mosto. La maceración posterior de la uva es de 7 horas, a una temperatura de 6ºC. La fermentación alcohólica se hace a temperatura constante de 16º, durante 14 días. Después de esta, se cría en sus lías durante cuatro meses y reposa hasta el momento óptimo de embotellado, no antes de mayo del año siguiente.
Cata:
- Fase visual: Moraima aparece a la vista como un vino amarillo con matices acerados y bordes verdes, limpio y brillante.
- Fase olfativa: Llama la atención su alta intensidad olfativa, de gran complejidad aromática y marcada por los aromas a fruta con hueso madura y flores blancas.
- Fase gustativa: Equilibrado y con ligera acidez, buena estructura en su paso de boca; untuoso y persistente. Post-gusto muy frutal, largo y sabroso.