Vinos de guarda con las mejores uvas

El principal activo de Régoa es su viñedo, en plena Ribeira Sacra — Lanza Iria 2008, un vino pausado y complejo con 11 años de crianza

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Estamos viendo ya en el mercado las primeras botellas de la cosecha de 2018. Una vendimia generosa, de grandísima calidad y muy expresiva a nivel varietal en la que Galicia batió su propia marca con 64 millones de kilos de uva recogidos. Eso, pese a las diferencias cuantitativas derivadas de las distintas condiciones climáticas que encontramos el pasado septiembre entre subzonas en Denominaciones de Origen como Rías Baixas u O Ribeiro, por poner dos ejemplos.

En términos generales, uvas blancas como la albariño, la treixadura o la godello, entre otras, presentaron una muy buena maduración y gran equilibrio entre los distintos parámetros analíticos, destacando con índices de acidez muy interesantes en una vendimia que, por su parte, recuperó sus tiempos habituales tras un 2017 atípico. Tintas como la mencía, por otro lado, se caracterizaron también por una muy buena maduración fenólica y buena acidez.

Unas y otras están dando ya lugar a esos vinos que empiezan ahora a embotellarse o a salir al mercado. Elaboraciones, como decía, muy expresivas a nivel aromático, rotundas, que recuerdan a la materia prima de la que nacen, muy afrutadas. Hablamos así de vinos de fuerte personalidad varietal, que nos van a transmitir en copa esa frescura y carácter, con sensaciones muy agradables tanto en nariz como en boca para el consumidor.

Por variedades de uva autóctonas, la albariño presenta en su cosecha 2018 toda la frescura y carácter que le caracteriza, destacando una vez más por esa buena acidez. Comprobaremos, además, la capacidad de guarda de este varietal blanco. También en O Ribeiro hablaremos de buen recorrido en el tiempo a través del trabajo con lías en variedades como la treixadura, que dará lugar a vinos expresivos, muy equilibrados, de buena maduración. Mucha boca, mucha estructura.

Con la godello, de la que cada día se habla más, más de lo mismo: Buenas maduraciones que nos llevarán a encontrar generosidad, personalidad, recorrido… en sus elaboraciones. Finalmente, en lo que respecta a la mencía y en todas las zonas, tanto Monterrei como Ribeira Sacra o Valdeorras, disfrutaremos de vinos rotundos, con muy buen color y, sobre todo, fieles al varietal, muy afrutados por lo tanto.

Una cosecha, en definitiva, para repetir este 2019 y puede que así sea: En plena fase de floración y aunque es todavía pronto para hablar, las cosas pintan bien en los viñedos gallegos con cepas sanas, de mucho vigor y, de momento, pocos ataques fúngicos. Lo que pase en las próximas dos semanas será clave, en cualquier caso, a la hora de determinar las características de la próxima cosecha.

Así es. Son días estos para estar muy pendientes del viñedo y a las condiciones de humedad y temperatura en Galicia. Más aún cuando el paradigma de trabajo en la viña ha cambiado y abandonado la aplicación indiscriminada de tratamientos fitosanitarios para dar lugar a esa apuesta por la aplicación selectiva e integrada, la llamada ‘lucha oportuna’, más respetuosa con el medio ambiente pero que requiere también un mayor nivel de atención en viñedo.

En 15 días, como digo, sabremos más. Mientras tanto, disfrutemos de la Cosecha gallega del 2018. Estoy seguro de nos va a dar grandes alegrías este año.

*José Manuel Martínez Juste. Enólogo del Mejor Blanco de España para el IWC.

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